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Descargar - Els arbres de Fahrenheit

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<strong>de</strong> su extensa y variegada obra. Internacionalmente fue reconocido como una<br />

autoridad en el pensamiento <strong>de</strong> Gramsci; en España, como uno <strong>de</strong> los más<br />

talentosos y renombrados discípulos <strong>de</strong> Manuel Sacristán. Pero su obra<br />

transcien<strong>de</strong> ambos horizontes.<br />

En España, el pensamiento filosófico contemporáneo ha consistido en<br />

apropiaciones muy originales <strong>de</strong> muchas tradiciones filosóficas, como las<br />

filosofías forjadas por Manuel Cruz, Fina Birulés y Eugeni Trias, entre otros,<br />

ampliamente <strong>de</strong>muestran. Fernán<strong>de</strong>z Buey, sin embargo, nunca cayó bajo el<br />

encanto <strong>de</strong> las ten<strong>de</strong>ncias filosóficas <strong>de</strong> estirpe hei<strong>de</strong>ggeriana, o <strong>de</strong> la llamada<br />

“filosofía continental,” sino que serenamente insistía en reclamar una tradición<br />

no agotada que nunca ha sido fácilmente acomodada en el panteón español, ni<br />

mucho menos en Puerto Rico. Su obra, <strong>de</strong> principio a fin, consistió en<br />

revindicar las claves que esta otra tradición proveía para pensar el presente<br />

con esa proximidad crítica, ese querer al mundo, y la importancia <strong>de</strong> hacer en<br />

él, que resultaba en <strong>de</strong>nominador común <strong>de</strong> esa galería poliética <strong>de</strong><br />

pensadores y pensadoras tan distintos como Krauss, Lukács, Weil, Arendt,<br />

Brecht, Benjamin, Levi y Gramsci.<br />

Su vocación: nada menos que articular “una ética <strong>de</strong> lo colectivo, <strong>de</strong> la<br />

esfera pública (cuando los nuevos sujetos se piensan a sí mismos ya no como<br />

meros revindicadores <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos, sino como parte <strong>de</strong> lo que pue<strong>de</strong> ser el<br />

nuevo po<strong>de</strong>r),” como lo expresó en su magistral libro Poliética. Una noble i<strong>de</strong>a<br />

que no únicamente entendía claramente la advertencia expresada por Bertolt<br />

Brecht en Me-Ti, libro <strong>de</strong> los cambios – “Hay pocas ocupaciones… que<br />

perjudiquen tanto la moral <strong>de</strong> un hombre como el hecho <strong>de</strong> ocuparse <strong>de</strong> la<br />

moral” – sino que la elevó con simpatía política y con rigor intelectual.<br />

También reflexionó sobre Las Casas y podría <strong>de</strong>cirse sin exageración<br />

alguna que su libro sobre la utopía, Utopía e ilusiones naturales, es junto a la<br />

obra <strong>de</strong> Fredric Jameson, Arqueologías <strong>de</strong> un futuro, la contribución reciente<br />

más significativa al estudio <strong>de</strong> esta modalidad <strong>de</strong> pensamiento radical. Y esto<br />

sin hablar <strong>de</strong> sus trabajos sobre ciencia y racionalismo, así como sus puntales<br />

reflexiones sobre la eutanasia, <strong>de</strong>mografía, aborto, tolerancia, guerra y paz,<br />

bioética y <strong>de</strong>mocracia. Reflexiones escritas en una prosa lúcida y llevadas<br />

acabo con elegante rigor.<br />

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