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març-abril de 2006<br />
75 anys després que la plaça Sant Jaume fos<br />
ocupada per una multitud que celebrava<br />
la proclamació de la República, volem<br />
recordar aquells homes i dones que van<br />
lluitar per una societat més justa en uns<br />
anys de profundes transformacions, encara<br />
que potser sigui massa tard per a molts. Un<br />
oblit imperdonable, com indica Rosa Regàs<br />
“ E<br />
sta noche es una noche extraordinarimente<br />
importante y emocionante<br />
para mí, y para todos<br />
nosotros. Pasé mi infancia aprendiendo a<br />
desear la muerte del dictador y la vuelta<br />
de la República, que en mi mente infantil<br />
concitaba unas virtudes públicas y<br />
una legalidad borrosas y deseadas en la<br />
clandestinidad. A medida que crecía conocí<br />
la existencia de hombres y mujeres<br />
en el exilio, en las cárceles, y de tantos<br />
ciudadanos fusilados que siempre tenían<br />
un pariente que lloraba en silencio su dolor.<br />
Un silencio que llenó la vida pública<br />
de mi país y que fue la respuesta a todas<br />
mis preguntas e inquietudes mientras<br />
en las cárceles morían de hambre y añoranza<br />
tantísimos hombres y mujeres que<br />
no habían hecho más que cumplir con el<br />
más elemental deber de un ciudadano:<br />
defender la legalidad. Fui siguiendo el<br />
desmoronamiento de la esperanza que<br />
habían puesto todos estos republicanos<br />
Los defensores de la<br />
República no sólo no<br />
fueron reconocidos sino<br />
ni siquiera recordados<br />
y republicanas en los aliados cuando los<br />
Estados Unidos reconocieron al régimen<br />
golpista del general Franco, decepción<br />
que fue perdurando durante los ominosos<br />
años del franquismo y que se hundió<br />
definitivamente en la miseria cuando a la<br />
muerte del dictador la democracia surgió<br />
de las mismas entrañas del franquismo y<br />
no, como todos habíamos deseado, de retomar<br />
la legalidad de la República cuyos<br />
defensores no sólo no fueron reconocidos<br />
sino ni siquiera recordados.<br />
Durante años he llevado en el corazón<br />
la nostalgia por todos aquellos hombres y<br />
mujeres que por ella lucharon y que defendieron<br />
con su vida y con su muerte. Y mi<br />
lucha, como la muchos que estamos aquí y<br />
otros muchos que ya murieron, fue desde<br />
entonces la de recuperar una memoria<br />
histórica que nos ha sido escamoteada<br />
a muchas generaciones. Hemos hecho lo<br />
que hemos podido, que teniendo en cuenta<br />
la labor ingente que supone, tal vez ha<br />
sido poco. Pero de todos modos, hemos<br />
La Veu del<br />
<strong>CARRER</strong><br />
La II República a Barcelona<br />
en el primer article del dossier. El professor<br />
José Luis Oyón analitza el paper dels barris<br />
obrers i l’urbanista Jordi Borja escriu de<br />
l’urbanisme republicà. Marc Andreu narra<br />
una història de la República des de la<br />
vida i els sentiments de quatre lluitadors<br />
i lluitadores. Eduard Calvet analitza les<br />
transformacions de l’ensenyament i Ricardo<br />
DOSSIER<br />
Olvido imperdonable<br />
Rosa Regás<br />
cantado canciones, hemos escrito novelas,<br />
hemos hecho películas, nos hemos reunido<br />
en asociaciones para intentar saber dónde<br />
13<br />
Iván Paredes recorda el poeta César Vallejo,<br />
també combatent republicà. Amb un curiós<br />
recull sobre els anuncis de l’època i una<br />
selecció bibliogràfica finalitzem un dossier<br />
que hem preparat amb enorme il·lusió. En<br />
un pròxim número esperem compensar<br />
l’absència d’un treball sobre les conquestes<br />
de la dona a la República.<br />
estaban enterrados nuestros muertos, hemos<br />
investigado la verdadera historia de<br />
una guerra y una posguerra cuya imagen<br />
y cuya verdad han sido distorsionadas y<br />
manipuladas. Hemos hecho todo lo posible<br />
por rehabilitar el honor de los que fueron<br />
asesinados, de los que fueron encarcelados,<br />
de los que fueron sometidos y derrotados.<br />
Intentamos contar a nuestros hijos<br />
lo que de verdad ocurrió y no la versión de<br />
una España que todavía llama al régimen<br />
ilegal y asesino de Franco “el régimen<br />
anterior”. Cada uno a nuestra manera hemos<br />
luchado para que se reconocieran los<br />
derechos de los luchadores por la libertad,<br />
la justicia, la legalidad.<br />
Pero la fuerza de la reacción es pavorosa<br />
y no decrece con los años. Han pasado<br />
casi 30 ya desde que dejamos atrás la<br />
ignominia de la dictadura. Pero todavía<br />
hoy los que nos defendieron, los que nos<br />
enseñaron esos valores cívicos que las<br />
escuelas religiosas, es decir todas las<br />
del franquismo, nunca conocieron y por<br />
tanto no pudieron transmitir a sus alumnos,<br />
no han logrado el lugar que les pertenece<br />
en una sociedad que tendría que<br />
rendirles honores por haber defendido la<br />
democracia.<br />
No lo hemos logrado todavía, pero<br />
quiero creer que hoy estamos en el camino<br />
para conseguirlo. De todos modos, como<br />
un aroma indestructible que ha ido esparciéndose<br />
por la vida y por la geografía de<br />
nuestro país, el coraje de estos hombres<br />
y mujeres no ha desaparecido, sino que,<br />
desprendido de los hechos espantosos<br />
que destarotaron nuestra historia, flota<br />
en el aire dándonos el valor suficiente<br />
para seguir luchando por una democracia<br />
cada vez mejor. Es el aroma de sus vidas,<br />
el aroma de su honestidad, el aroma de<br />
su inmenso sacrificio. El destino, que es<br />
extraño y misterioso, nos ha dejado sin<br />
excusa para retomar su compromiso. En<br />
nombre de todos los que hubieran querido<br />
estar hoy aquí, gracias de todo corazón,<br />
compañeros”.<br />
* Intervención de Rosa Regás en el<br />
concierto de homenaje a los republicanos<br />
y republicanas Recuperando la<br />
Memoria, que tuvo lugar en junio de<br />
2004 en Rivas Vaciamadrid.