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Untitled - Tractat de l'aigua

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I. La importancia <strong>de</strong> la cuestión: ¿Están disminuyendo<br />

las precipitaciones <strong>de</strong> la región mediterránea?<br />

Esta cuestión es uno <strong>de</strong> los más inquietantes interrogantes<br />

científicos que tiene ante sí la climatología mediterránea. Un<br />

interrogante que tanto administración como gran público plantean<br />

insistentemente a los profesionales <strong>de</strong> las ciencias <strong>de</strong><br />

la atmósfera, ante la evolución pluviométrica <strong>de</strong> los últimos<br />

años con acusadas sequías. Esta exigencia viene acrecentada<br />

actualmente por un acelerado <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>mográfico y<br />

económico que plantean un auténtico reto investigador en<br />

los momentos en que las hipótesis sobre un cambio climático<br />

reducen las previsiones pluviométricas en valores <strong>de</strong>l 20<br />

al 25 % para mediados <strong>de</strong>l siglo XXI. Un impacto sobre los recursos<br />

hídricos que podría ser todavía más severo por el aumento<br />

<strong>de</strong> las evapotranspiraciones, ya que con tan solo un<br />

aumento térmico <strong>de</strong> 1ºC, los recursos <strong>de</strong> agua disponibles se<br />

verían mermados en un 20-25 % (J. QUEREDA et al., 2005).<br />

Sin embargo, y a pesar <strong>de</strong> la notable aportación que los actuales<br />

mo<strong>de</strong>los cerrados atmósfera-mar realizan, todo cuanto<br />

se pueda <strong>de</strong>cir y mo<strong>de</strong>lizar hacia el futuro podría estar sujeto<br />

a graves errores si no se parte <strong>de</strong> nuestros conocimientos<br />

sobre la climatología pasada.<br />

I.1. ¿ Qué revela este pasado climático?<br />

Ante todo que el clima no siempre ha sido idéntico al actual<br />

y que su continua variabilidad se ha forjado sobre causas<br />

naturales y no antrópicas. Consecuentemente, en el estado<br />

actual <strong>de</strong> las investigaciones resulta todavía muy<br />

aventurado afirmar la existencia <strong>de</strong> un cambio climático global<br />

<strong>de</strong> efecto inverna<strong>de</strong>ro inducido por el aumento en la concentración<br />

atmosférica <strong>de</strong> gases emitidos básicamente por<br />

la actividad humana. A pesar <strong>de</strong>l éxito <strong>de</strong> la hipótesis en la<br />

que cabe todo, frío, calor, lluvias, sequías, faltan todavía muchos<br />

estudios que unan juiciosamente todas las anomalías<br />

climáticas observadas y expliquen las numerosas <strong>de</strong>bilida<strong>de</strong>s<br />

e incertidumbres que presenta la actual hipótesis <strong>de</strong>l<br />

cambio climático global.<br />

En realidad el clima está en continua evolución y cambio.<br />

El más reciente se produjo con el notable enfriamiento registrado<br />

entre los siglos XVII y XVIII, un periodo que incluso<br />

ha sido <strong>de</strong>nominado Pequeña Edad <strong>de</strong> Hielo. En ese escenario<br />

climático <strong>de</strong> fondo sobre el que se proyectan las actuales<br />

inquietu<strong>de</strong>s, las temperaturas fueron 1 ó 2 grados inferiores<br />

a las actuales (J. DETTWILLER, 1979; G. MANLEY,<br />

1974; H.H. LAMB, 1977; E. LE ROY LADURIE, 1983; S.H.<br />

SCHNEIDER, 1986). La causa natural <strong>de</strong> esta crisis climática<br />

radicó en el notable <strong>de</strong>scenso <strong>de</strong> la actividad solar, hecho<br />

que aparece <strong>de</strong>mostrado en las gran<strong>de</strong>s lagunas <strong>de</strong> anillamiento<br />

que muestran los bosques <strong>de</strong> coníferas a causa<br />

<strong>de</strong> la carencia <strong>de</strong> fotosíntesis. El frío perduró hasta bien entrado<br />

el siglo XIX forzado por una intensa actividad volcánica<br />

cuya secuela <strong>de</strong> aerosoles disminuyó la radiación solar,<br />

Tambora (1816), Coseguina (1835) y Krakatoa (1883). Ya<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> fines <strong>de</strong>l siglo XIX las temperaturas han iniciado un<br />

paulatino recuperamiento cuyo valor se ha estimado en 0.6-<br />

0.7ºC. Todo esto aparece bien fundamentado, tanto a nivel<br />

global como regional mediterráneo.<br />

I.1.1. El escenario climático <strong>de</strong> fondo en la región mediterránea<br />

En la región mediterránea española, la evolución térmica<br />

registrada parece correspon<strong>de</strong>rse con la manifestada por la<br />

mayor parte <strong>de</strong> los observatorios europeos mundiales. En<br />

este sentido, la incursión <strong>de</strong> unos siglos fríos correspondientes<br />

a la <strong>de</strong>nominada “Pequeña Edad <strong>de</strong> Hielo”, aparece<br />

bien atestiguada por el sensible retroceso <strong>de</strong> los glaciares<br />

pirenaicos y alpinos. Más al sur, en todo el ámbito<br />

español, los testimonios aparecen vinculados a hechos fenológicos<br />

como las heladas relatadas en las crónicas o a<br />

elementos paisajísticos como las neveras y molinos hidráulicos,<br />

la reducción <strong>de</strong> espesor <strong>de</strong> los anillos <strong>de</strong> crecimiento<br />

anual <strong>de</strong> los árboles o la espectacular actividad en torno a<br />

la nieve y el hielo (H.CAPEL, 1970; J.QUEREDA, 1990,1999;<br />

X. DE PLANHOL, 1999). Una grandiosa red <strong>de</strong> neveras y molinos<br />

jalonan la vertiente mediterránea. Construcciones a<br />

las que la documentación existente ubica entre 1571 y 1750,<br />

incluso en áreas <strong>de</strong>l pleno dominio semiárido español don<strong>de</strong><br />

la climatología actual no registra promedios anuales<br />

<strong>de</strong> un solo día <strong>de</strong> innivación (Fig. 1): ¿Dón<strong>de</strong> están las nieves<br />

y las aguas?<br />

En 1870, el consejo <strong>de</strong> la villa <strong>de</strong> Castellón constata que cada<br />

vez se baja menos nieve y que esta contiene cada vez más<br />

piedra, tierra y hierbas que nieve. Tal vez es una constatación<br />

<strong>de</strong> que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> fines <strong>de</strong>l siglo XIX las temperaturas han<br />

iniciado un paulatino recuperamiento cuyo valor, hasta nuestros<br />

días, se ha estimado en 0.6-0.7ºC. Todo esto aparece<br />

bien fundamentado.<br />

Geografia<br />

<strong>de</strong> l’Aigua<br />

FIGURA 1.<br />

Distribución <strong>de</strong> neveras,<br />

días <strong>de</strong> innivación y trayectos<br />

<strong>de</strong> la nieve en la Provincia <strong>de</strong><br />

Castellón.<br />

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