Libro fiestas 2008 - Ayuntamiento de Biar

Difunts de la Comparsa. Descanseu en Pau
Alonso Merí María Merí Antonio Sanjuan Rafael Revert José Albero
María Merí. Adeu a una gran Mora Vella
El pasado 9 de junio nos dejó para
siempre una gran comparsista.
Quiso el destino que en pocos meses,
murieran otros dos Moros Vells muy
cercanos a ella, su hermano Alonso
y el mejor amigo de su marido.
María Merí sentía los Moros Vells
más allá de lo que muchos considerarían
“normal”, pues la mayoría
de los festeros no se involucra en la
fiesta y en su comparsa más allá de
participar en los actos que se suceden
durante los días de Fiestas. Ella
“mamó” la comparsa desde pequeña,
pues ya su padre fue presidente
de la misma. Eran épocas difíciles
en las que los comparsistas tenían
que acoger a algún músico en sus
casas durante las Fiestas, pues no
existía la infraestructura de ahora
para alojarles en los masets. Cuando,
por motivos de enfermedad, tuvo
que suplir de sargento a su marido,
no dudó ni un instante en ponerse el
traje de hombre y salir en el desfile.
Durante años, se paseó el pueblo
cada sábado cobrando la cuota a los
socios. También, llegó a los 80 años
preparando la olleta de la cena del
día 9 de mayo para sus Moros Vells.
Ella, estuviera como estuviera de
salud, no dejó nunca de participar en
el “Baile de las Espías” y eso que ya
hacía años que había cedido su lugar
en la “segona parella”, pues cada vez,
las piernas le funcionaban peor. Otro
acto al que no faltaba era le recogida
de la Mahoma y se bajaba a Villena
cada 8 de septiembre invitada por
nuestros amigos los Moros Viejos de
Villena. Quizá muchos en Villena no
sabían quién era ni que pintaba esa
señora mayor en su sede social pero
para ella, era algo que le daba vida
y alegría, pues semanas antes ya
estaba hablando de ello, limpiando el
coche y avisando a su familia que ese
día no estaría en casa.
Mi abuela me trasmitió todo su
amor por los Moros Vells desde
que era pequeño. Como encargada
durante muchos años junto con mi
abuelo Paco y con el “tío Pere Alba”
de cocinar las paellas y gazpachos
de la comparsa, el día antes me
llevaba con ella al maset de la calle
Sant Jordi a preparar las cocas de
gazpachos en la plancha del patio.
Una vez terminadas, todos los
comparsistas que se reunían allí a
jugar la partida de cartas, ayudaban
a trocearlas. Ella siempre me
decía que eso era “hacer comparsa”
y no esas discusiones inútiles que
se tienen ahora en las asambleas en
las que todos quieren tener razón,
motivo por el cuál ya no quería asistir
(como alguien dijo, hechos y no
palabras). Siempre vio como una
injusticia que esos comparsistas que
tanto habían dado por la comparsa
durante su vida, fueran olvidados.
Ahí esta el ejemplo del “tío Pere”,
al que años atrás llevó en silla de
ruedas a una de las paellas en el
nuevo maset. Asiduamente acudía
el día 13 de mayo a comer las ensaladas
que se preparan antes de la
subida de la Virgen en casa del “tío
Ismael” en la calle Carriles. Otra de
su citas ineludibles era la Plaza de
España en el Mig Any y el día 9 de
mayo donde, desfilara o no, acudía a
ver salir a los Moros Vells y a ver si
su familia salía desfilando.
Recientemente también vio cumplida
una ilusión, como fue desfilar
con su bisnieta Estela durante el
último “Mig Any” que estuvo entre
nosotros y un mes antes de morir la
vio vestida de mora vella, con esos
colores que tanto quiso en vida.
Querida abuela, tus Moros Vells te
acompañarán para siempre con ese
sutil detalle que tus hijos quisieron
que figurara en vuestra lápida, al
igual que tu memoria me acompañará
a mi para siempre. Espero poder
inculcar en las próximas generaciones
de nuestra familia aunque tan
sólo sea una pequeña parte del cariño
que tú sentías por nuestra comparsa.
Ya llegan de nuevo las fiestas y,
no te preocupes, volveremos a estar
tus hijos, nietos y bisnieta desfilando
con los Moros Vells.
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