Nación Golpeadora - Red chilena contra la violencia hacia las ...
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<strong>Nación</strong> <strong>Golpeadora</strong>. Manifestaciones y <strong>la</strong>tencias de <strong>la</strong> <strong>violencia</strong> machista<br />
discursos, imaginarios, agentes y que asegura su producción y reproducción de<br />
subjetividades y roles de “<strong>la</strong> mujer”, a través de <strong>la</strong> escue<strong>la</strong>, por ejemplo.<br />
Manifestar explícitamente <strong>la</strong> aspiración de llegar a ser multimujeres expresa <strong>la</strong> fuerza<br />
con que aquellos modelos se presentan como alternativas “emancipadoras” de <strong>la</strong>s<br />
mujeres: <strong>la</strong>s estudiantes creen estar tomando una elección sobre cómo y quiénes ser.<br />
Sin embargo, se encuentran operando <strong>la</strong>s prescripciones sobre el deber ser femenino<br />
(dueña de casa polifuncional, efi ciente y feliz, a <strong>la</strong> vez que mujer moderna, que toma<br />
sus propias decisiones).<br />
El código que predetermina <strong>la</strong>s acciones de <strong>la</strong>s estudiantes dicta <strong>la</strong> norma de lo deseable<br />
y se expresa en <strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción de lo permitido/prohibido. Las estudiantes, mode<strong>la</strong>das por<br />
<strong>la</strong> institución esco<strong>la</strong>r y sus sanciones, incorporan este código, y luego creen escoger<br />
libremente <strong>la</strong> mejor alternativa que se les presenta, pero que coincide –como en<br />
el caso de “<strong>la</strong>s multimujeres”– con <strong>la</strong> homogeneización, que facilita <strong>la</strong> dominación.<br />
Observamos en estos casos aquel<strong>la</strong> <strong>violencia</strong> que no es física pero que se imprime<br />
en los cuerpos, roles e individualidades, en que <strong>la</strong>s dominadas/os hacen lo que sus<br />
dominadores desean, ocultando <strong>la</strong>s verdaderas re<strong>la</strong>ciones de poder existentes entre<br />
unas/os y otros (Bourdieu, 1995).<br />
La escue<strong>la</strong> como homogeneizador y reproductor de roles opera con este tipo de<br />
<strong>violencia</strong>, en cuanto una autoridad pedagógica presenta como legítimas –a través de<br />
sus acciones y enunciados–, signifi caciones y una visión de mundo, “desvincu<strong>la</strong>ndo<br />
<strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones de fuerza en que se funda su propia fuerza” (Bourdieu y Passeron, 2001),<br />
y en que inculca e impone en virtud de su posición jerarquizada, una arbitrariedad<br />
cultural que por lo general constituye una selección de signifi cados que es funcional<br />
a los intereses objetivos de los grupos o c<strong>la</strong>ses dominantes.<br />
Los engranajes que permiten a esta <strong>violencia</strong> operar con mayor efectividad son los<br />
adiestramientos de <strong>la</strong> obediencia, <strong>la</strong> docilidad, lo permitido y lo prohibido (Daza y<br />
Zuleta, 2000), y <strong>la</strong> culpa, cruzados por <strong>la</strong> exclusión como sanción, actuando todos<br />
sobre el yo de cada estudiante, violentándo<strong>la</strong>s sutilmente, dictándoles lo que deben ser,<br />
insertando <strong>la</strong> necesidad de <strong>la</strong> intervención en cada una, para direccionar <strong>la</strong> elección<br />
–violenta– de lo que deben ser como mujeres.<br />
La culpa es en último caso el fuerte y silencioso motor que mueve a diferentes<br />
jóvenes a querer normalizarse, a acercarse al ideal que se les inculca. De este modo,<br />
<strong>la</strong> imposición del modelo deja de necesitar al agente primero que lo promovía –<strong>la</strong><br />
autoridad pedagógica–, para que <strong>la</strong> joven mujer-estudiante pueda autoimponerse por sí<br />
so<strong>la</strong> el modelo del deber ser mujer, iniciando el <strong>la</strong>rgo camino de culpabilizaciones que<br />
constituyen el hábito más violento con que conviven <strong>la</strong>s mujeres tras su socialización,<br />
y lo que <strong>la</strong>s expone y dispone –como hábito social– a ser objetos de <strong>violencia</strong> con<br />
mayor facilidad.