Nación Golpeadora - Red chilena contra la violencia hacia las ...
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“Recuerden que son señoritas”<br />
Re<strong>la</strong>tos de <strong>violencia</strong> en un liceo de niñas de <strong>la</strong> RM<br />
Es preciso, de todas formas, enunciar que emergen resistencias en <strong>la</strong>s acciones y<br />
enunciados de <strong>la</strong>s estudiantes, y que se expresan en <strong>la</strong>s tensiones discursivas que<br />
persisten entre el deseo direccionado, <strong>la</strong> proyección de éste y sus prácticas concretas,<br />
constituyéndose subjetivamente. Son vidas mode<strong>la</strong>das en forma coercitiva, escindidas;<br />
provocando fugas a <strong>la</strong> homogeneización que pretende <strong>la</strong> escue<strong>la</strong>.<br />
En el caso de Andrea, asistimos a su molestia cuando <strong>la</strong> tratan de “amachada” porque<br />
su gusto y dedicación al deporte es decodifi cado como masculino. A pesar de <strong>la</strong><br />
sanción social que se acciona desde sus compañeras y docentes, el<strong>la</strong> dec<strong>la</strong>ra que no<br />
dejaría de jugar basketball. Carmen, en tanto, viste uniforme masculino, pero asiste<br />
a un liceo de niñas y aún existiendo un pacto con el establecimiento que le permite<br />
vestir así –dependiendo de <strong>la</strong>s condiciones de <strong>la</strong>s autoridades–, <strong>la</strong> acción misma de<br />
“consenso” de <strong>la</strong>s reg<strong>la</strong>s y concepciones de niña-estudiante y mujer por parte del liceo<br />
es una señal. En el espacio de <strong>la</strong> sa<strong>la</strong> (Andrea) y del patio (Carmen), representan una<br />
fi sura al modelo único e impuesto de ser mujer. Amplían el rango de lo “deseable”<br />
equivalente a “normalidad”.<br />
La suma de prácticas produce una apertura en <strong>la</strong> curva de lo naturalizado y se<br />
presentan nuevas formas de ser mujer, sin que serlo –o estar siendo múltiples mujeres<br />
en cada episodio o transcurso de <strong>la</strong> vida–, tenga que defi nirse por <strong>contra</strong>ste con lo<br />
masculino, que es también una normalidad impuesta. Como si serlo o sentirse mujer<br />
tuviera que ver con <strong>la</strong> falta o <strong>la</strong> carencia de atributos físicos, psíquicos o conductuales<br />
asociados a lo masculino, midiéndose siempre en re<strong>la</strong>ción a <strong>la</strong> cercanía o lejanía que<br />
se tiene con el límite de los géneros, sus obligaciones y naturalizaciones sociales.<br />
En el re<strong>la</strong>to tercero parece haber menos esperanza, puesto que aun cuando <strong>la</strong>s<br />
estudiantes identifi can en <strong>la</strong> imagen publicitaria de FES <strong>la</strong> <strong>violencia</strong> <strong>contra</strong> <strong>la</strong>s<br />
mujeres que se expresa al representar<strong>la</strong>s golpeadas y sexualizadas, todas aspiran a ser<br />
multimujeres, que no es otra cosa que una manifestación de <strong>la</strong> <strong>violencia</strong> simbólica.<br />
Alcanzar esa meta, como parte de sus proyectos de vida, tiene sustento en sus propias<br />
biografías: convertirse en profesionales es importante y es <strong>la</strong> materialización de “ser<br />
alguien”. Sin embargo, acceder a <strong>la</strong> educación superior así como mejorar <strong>la</strong> calidad de<br />
vida no debe –según el<strong>la</strong>s– cance<strong>la</strong>r o impedir <strong>la</strong> maternidad, que es otra importante<br />
forma impuesta de “ser alguien” en <strong>la</strong> institución de <strong>la</strong> familia y, fi nalmente, en <strong>la</strong><br />
sociedad.<br />
No obstante aspirar a compatibilizar los roles de madre, profesional y dueña de casa,<br />
existen en <strong>la</strong>s estudiantes ciertas tensiones al respecto. Al inicio del año esco<strong>la</strong>r,<br />
los terceros y cuartos medio dejaron de asistir a c<strong>la</strong>ses durante un par de días,<br />
protestando fuera del establecimiento para que les cambiaran el electivo de párvulo<br />
–que funciona como obligatorio por falta de alternativas–, en el que les enseñaban<br />
sobre desarrollo y crianza de bebés, así como <strong>la</strong> confección de móviles o tejido<br />
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