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L A CONFIDENCIA
De los amores del Abate B**.
A N E C D O T A I V .
I . A n gélica sentía nn deseo general de
agradar y de ser am ada: estaba siempre
rodeada de los hombres mas amables: se la
veía en todas las asambleas: era la primera
que concurría á todas las fiestas y la última
á todos los espetáculos: era joven, hermosa,
y hábil en el arte de vestir ; en ima palabra
era una galante franca ; tenia sobre
todo ía manía de ser estimada de los grandes
señores, de los extrangeros, de los bellos
espíritus, y de todos los que hacian un
papel brillante en el mundo. Era poco sensible,
pero ardiente en sus caprichos; y hallaba
siempre un placer honesto en hacerse
amar , y en ser respetada por los amantes.
I I . Desspues de algunos meses empezó
el Abate B**, á hacerla la corte ; pero como
su estado pedia circunspección, el Abate
no podía extenderse tanto en su amistad,
como él pretendía : al cabo de muchos días
no habia obtenido de Madama otra cosa que
palabras tiernas y unos ligeros favores: un
mstante le bastaba al Abate para desplegar
sus gracias, y hacer ostentación con Angélica
de sus talentos y de su galanteria; pero era
preciso estar pronto para aprovecharse de éL
Lie-