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de todos los convidados, los quales eran mn-
chíslmos aquel d ja : Pero su frente , no se
cubrió de vergüenza, y sus ojos llenos de
lágrimas, no temieron el encuentro de los
de sus parientes. Luego que entró , le dixo
á su padre, que despues de haberse visto
obligada á expatriarse , por huir del esposo
que habia recibido de su mano ; su obligación
la mandaba volver á unirse con sus
parientes, en el instante en que les iba á dar
un heredero : y respondiéndola su padre, con
una frialdad inhumana , y mas cruel que la
cólera; se volvió ella ácia su m adre, la discreta
Azora , la qual se preparaba para hacerla
un gran razonamiento; quando la desgraciada
Zulm is, oprimida del esfuerzo que
acababa de hacer , se desmayó en sus braz
o s ; y s: la llevó, privada de conocimiento
, á una sala inmediata.
CA-