Launch Project - Maestras y Maestros Gestores

• Otro con su voz grave y segura, comenta: es tan gracioso
todo esto, así es como se mantiene mi cuarto, y observe, es
el lugar en el que más me gusta estar.
Debo admitir que pocas veces nos arriesgamos a ponernos en
el lugar del otro, sobre todo en el lugar de un niño al que todo o
nada le asombra, en el lugar de aquellos que encuentran que todo
es posible, en aquellos que no se ponen barreras, para aquellos
que le encuentran significado y explicación clara y coherente a
cualquier situación o propuesta de lectura, en el lugar de aquellos
niños, como los del ejemplo, que para asombro de las promotoras,
encontraron en la disposición del espacio grandes similitudes con
los espacios cotidianos y familiares.
Por tanto, el acto de leer debe favorecer: el conocimiento de
multiplicidad de lecturas, la creación de ambientes que provoquen
e inspiren confianza, fomenten la palabra, la creatividad, la creación
de hábitos armoniosos con la lectura, condición clave para
darle sentido e intencionalidad a un proceso lector.
Jueves 8:30 a.m., uno a uno, caminando despacio como
si el tiempo no fuera asunto importante, conversando entre
ellos, tranquilos y sin ningún apuro van apareciendo los 25
estudiantes de séptimo grado. Saben a qué vienen a la Biblioteca,
pero aún así preguntan con su característico desparpajo:
¿Cuál es la vuelta para hoy?... Pero tenga en cuenta, cuidado
con ponernos mucho a leer y a escribir, expresan otros.
Esperamos que se acomoden e iniciamos intencionalmente
la sesión con el principio de la lectura del cuento de Italo
Calvino “El joven Goodman Brown” Si ustedes lo recuerdan
trata sobre el infortunio de una esposa joven y bella que parece
ser abandonada por su amoroso esposo aún sin razones muy
claras, y uno de sus apartes dice textualmente “.. Corazón mío
– murmuró ella con dulzura no exenta de tristeza, cuando sus
labios hubieron rozado sus oídos- te suplico que aplaces tu viaje
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