Julio 2011 - Cantabria Negocios

Empresas
ción, eficiencia energética, outsourcing
o web 2.0 están a la orden del día en
el mundo empresarial, aún existan profesionales
que desarrollen su trabajo
con las manos como única herramienta.
Concretamente, del mundo del calzado,
Chimeno asegura ser el último
que queda en Cantabria, y uno de los
pocos de toda España. “En la actualidad
no somos más de cinco los que
hacemos zapatos de encargo de forma
artesanal, completamente a mano
–afirma–. ¿El motivo? Que no es rentable.
Si lo fuese, habría muchos otros
en este negocio”.
Con la llegada de la zapatería rápida
y los hospitales de calzado la posibilidad
de competir en el mercado para
estos artesanos se complicó, de hecho,
el nombre del profesional o su
apodo en el cartel del negocio se convirtió
en un elemento diferenciador con
respecto a los recién aterrizados. Los
nuevos modelos empresariales ofrecían
al cliente productos y servicios mucho
más baratos e inmediatos, aunque de
menor calidad. Para hacerse una idea,
en el taller de Chimeno el precio medio
de un par de zapatos hechos a medida
para hombre asciende a unos 500 eu-
ros, mientras que el de mujer sale por
unos 300. Este importe puede parecer
fuera de mercado, pero la clave radica
en el tipo de calzado que se tome como
referencia. Si se compara con el
producto de una zapatería rápida, las
diferencias son abismales, pero también
lo son las existentes en los materiales,
las costuras y, por tanto, en la duración
y rendimiento que puede ofrecer
En julio y agosto, con la llegada de las bodas, la demanda de zapatos de fiesta para señora crece exponencialmente.
cantabria
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el calzado. Sin embargo, en marcas
para caballero de prestigio a nivel internacional,
que fabrican a mano y a
medida, como John Lobb, Edward Green,
Allen Edmons, Church’s o Berluti,
por citar algunas, el precio por el par
de zapatos está entre 2.000 y 3.000
euros. Y todo teniendo en cuenta que
su costura se realiza a máquina y que
hay largas listas de espera para su entrega.
Pero, ¿cómo puede ser que no sea
rentable realizar un trabajo por el que
luego se va a cobrar 500 euros o más?
“Sólo la horma virgen para el zapato
me sale por unos 60 euros –cuenta
Chimeno–. Además, hay que hacer
una primera prueba del mismo para
posteriores modificaciones, y todo a
mano. En total, hacer un par de zapa-
tos a medida me lleva entre 50 y 60
horas de trabajo, con lo que, con este
tipo de encargos no gano más de 8
euros la hora. La única forma de vivir
de este negocio es coger todo lo que
llegue al taller, aunque a veces es imposible
por acumulación de tareas. Si
tratas de abarcar demasiadas cosas,
te ves obligado a tirar de maquinaria,
y entonces ya no se trata de una labor
artesanal como tal. Es
la pescadilla que se
muerde la cola”.
Así, este cántabro
de adopción –llegó a
la región con sólo
ocho años– hace zapatos
a medida, además
de para ceremonias
o trajes, para personas
con problemas
en los pies, como amputaciones,deformidades,
flebitis, etc. De hecho,
es uno de los trabajos
que más le demandan.
Así mismo realiza
reparaciones de
todo tipo, colabora
con comercios que le
mandan clientes para
adaptarles un determinado
calzado y con algunas
ortopedias de la
CEA BENITO
ciudad, trabaja con un
conocido modista que
le encarga zapatos y
bolsos para sus prendas, forra, lleva a
cabo replicas exactas del calzado que
sea, y, por si fuera poco, abarca otros
encargos más especiales: fundas para
móviles, tapizado de volantes, cascos
de moto, cinturones con cartera incorporada,
bikinis de piel, tops para mujer...
“Todo aquello que en otros establecimientos
ni se plantearían hacer,
yo lo cojo. Tan sólo me niego a reparar
calzado de baja calidad, en cuyo
caso, trato de hacer ver al cliente que
no merece la pena el arreglo, aunque
hay alguno que no se lo toma muy
bien”, asegura.
A pesar de todo, la labor que más
le solicitan a Chimeno es el típico cambio
de suela de cuero, el cual, como todos
sus trabajos, realiza completamente
a mano, algo que ni los más román-