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humanidad? Respuesta inevitable: ¡la muerte! Y, ¿cuándo ese asunto, el más triste de<br />
todos, resulta ser también el más poético? Según lo ya explicado con bastante amplitud,<br />
la respuesta puede colegirse fácilmente: cuando se alíe íntimamente con la belleza.<br />
Luego la muerte de una mujer hermosa es, sin disputa de ninguna clase, el tema más<br />
poético del mundo; y queda igualmente fuera de duda que la boca más apta para<br />
desarrollar el tema es precisamente la del amante privado de su tesoro.” Y con estas<br />
premisas alumbró un poema eterno, con un eco sonoro y memorable: Nevermore.<br />
Poe, del que dicen que siempre conservó una mirada melancólica, inventó el cuento<br />
moderno y el género policial, reinventó la noche y puso en el centro de su poética las<br />
pesadillas y los sueños. En el capítulo III de la Vita Nuova, Dante cuenta de un sueño<br />
que tuvo en el que Amor personificado lleva en brazos a Beatriz a la que da a comer el<br />
corazón del poeta. Esta pesadilla también se encuentra escrita en un soneto que muchos<br />
de sus compañeros poetas de la época interpretaron, como Guido Cavalcanti 70 o Cino da<br />
Pistoia, ya que el propio Dante lo envió a los líricos florentinos para que le diesen su<br />
explicación. En su ilustración en prosa del curioso ensueño, el poeta del Convivio<br />
interpreta el sueño en un modo similar a cómo lo hizo Cino da Pistoia, es decir, en clave<br />
teológica, entendiendo la desaparición de la amada como una transferencia de la tierra al<br />
cielo, y no averroísta como lo hizo Cavalcanti quien ha visto el sueño como anticipación<br />
onírica de la muerte, también del poeta que al perder su corazón pierde la vida. Parece<br />
que la poética del luto de Poe va más en este segundo sentir. El autor del cuento El gato<br />
negro comparte con Dante la idea de la creación como un acto profundamente<br />
intelectual, lo describe bien en su Filosofía de la composición donde quería dejar<br />
patente que sus obras no son fruto de la inspiración o el azar sino de una buena dosis de<br />
lógica y exactitud. También el poeta italiano, que elabora la metáfora de la disociación<br />
entre quien dicta, el amor, y quien escribe, el poeta, une los dos conceptos entendiendo<br />
el amor como la capacidad de vivir el mundo como algo propio e íntimo, un deseo que<br />
solamente se puede racionalizar cuando el objeto amado se aleja. Dante y Poe<br />
argumentan que en el momento de la emoción intensa y de la fuerza de la sensibilidad<br />
no se puede crear, aunque este primer impulso es necesario para provocar el deseo,<br />
luego éste debe ser intelectualizado, cuando Beatriz o Leonora desparecen del horizonte<br />
comunicativo es cuando el poeta puede racionalizar el amor. En el capítulo XXV de la<br />
70 “A questo sonetto fue risposto da molti e di diverse sentenzie; tra li quali fue risponditore quelli cui io<br />
chiamo primo de li miei amici, e disse allora uno sonetto, lo quale comincia: vedete, al mio parere, onne<br />
avlore. E questo fue quasi lo principio de l’amistà tra lui e me, quanno elli sep che io era quelli che li avea<br />
ciò mandato.” En este parágrafo Dante se está refiriendo a su amigo Guido Cavalcanti. VN, cap. III, pág.<br />
98.<br />
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