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Entre los poetas egipcios el que sin duda pertenece a la estela fundada por Dante es<br />
Konstantino Kavafis, en sus versos, que no publicó en vida en ningún volumen, retorna<br />
el peso del recuerdo, esta vez desde un punto de vista sensual y dionisiaco, como<br />
memoria de los placeres pasados que son, también, físicos. “Vuelve otra vez y tómame,<br />
/ amada sensación retorna y tómame- / cuando la memoria del cuerpo se despierta, / y<br />
un antiguo deseo atraviesa la sangre; / cuando los labios y la piel recuerdan, / cuando las<br />
manos sienten que aún te tocan. // Vuelve otra vez y tómame en la noche, / cuando los<br />
labios y la piel recuerdan...” 95 Ya no es la mente que ha racionalizado las sensaciones y<br />
estímulos del deseo quien recuerda, es el propio cuerpo, la sensibilidad quien puede<br />
recuperar la memoria del deseo pasado. Y del placer, porque en la obra del escritor<br />
nacido en Alejandría, el deseo y el goce van unidos, como causa y efecto<br />
intercambiables. El viaje ahora no es un viaje al más allá, sino in camino rico en<br />
experiencias hacia Itaca, el destino como meta en la memoria que nos permita<br />
emprender el camino de la vida y el saber, un saber que va conectado con un<br />
conocimiento sensible e íntimo del mundo. La valentía del poeta no está ya solamente<br />
en ser capaz de cantar racionalmente las experiencias vividas, ahora debe liberarse e ir<br />
hacia el mundo de los placeres, la pulsión de deseo vista como las delicias del disfrute.<br />
“Recuerda, cuerpo, no sólo cuánto fuiste amado, / no solamente en qué lechos estuviste,<br />
/ sino también aquellos deseos de ti / que en los ojos brillaron y temblaron en las voces-<br />
y que hicieron / vanos los obstáculos del destino.” 96 Ahora ya no sólo la dama sino<br />
también el poeta es consciente de su capacidad para despertar un deseo que hace<br />
temblar la voz en otras personas.<br />
Uno de los terrenos más fecundos para la germinación de la poética del deseo que Dante<br />
culminó con la Vita Nuova es la poesía española del siglo XX, el grupo del ’98 y la<br />
generación del ’27 trataron del amor y las manifestaciones de la pasión con una intensa<br />
centralidad. Antonio Machado, que cultivó el tema del luto de un modo íntimo y<br />
reflexivo, como un emotivo lamento y un desgarro silencioso, Pedro Salinas y su Razón<br />
de amor (1936) o Luis Cernuda, quien dedicó todo un libro a la memoria y el olvido,<br />
Donde habite el olvido (1934) y otro al deseo, La realidad y el deseo (1964), serían los<br />
máximos continuadores de la tradición dantesca. Trazar un itinerario de la irradiación<br />
del deseo dantesco hacia la modernidad es adentrarse en el amplio panorama de la<br />
tradición literaria europea primero y mundial después, que no se entendería sin la<br />
95 Constantino Kavafis, Poesías completas, Madrid, Hiperión, 1983, pág. 53.<br />
96 Op. Cit. Pág. 94.<br />
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