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porque entre ellos, prodigando caricias obscenas, danzaba la Beatriz. También a Dante<br />
se le presentaron unos espíritus un día que observó la presencia de Beatriz en una<br />
reunión festiva, espíritus de la vista, ya que los del intelecto habían sido destruidos por<br />
la proximidad de la amada, que fueron controlados y frenados. Espíritus que se<br />
presentan por la contemplación cegadora de la belleza de la amada, no como en el caso<br />
de Baudelaire que realiza una simulación burlesca de este encuentro presentando a<br />
Beatriz con una imagen de mujer meretriz. Un amor descascarillado y una musa<br />
infamada para construir la nueva poética moderna en la que se le canta a la ciudad y al<br />
flaneur, el francés ya no se reconoce heredero de Dante sino del hedonismo de Safo, la<br />
figura deformada de Beatriz nos recuerda la degradación de un concepto que tuvo<br />
necesariamente un origen, y este punto de partida fue la poética dantesca. Pero pese al<br />
cambio de mentalidad y época ecos de la Vita Nuova resuenan irremediablemente en el<br />
lector. “Car j’ai, pour fasciner ces dociles amants, / De purs miroirs qui font toutes coses<br />
plus belles: / Mes yeux, mes largues yeux aux clartés éternelles!” 77 La mirada que<br />
transforma el mundo y lo interioriza haciendo eterno los espejismos. Demonios y<br />
ángeles caídos pueblan sus versos sin connotaciones de tipo teológico. Dante trató en<br />
sus poesías gran variedad de registros y temperamentos diversos, en un cierto momento<br />
se preocupó por dar unidad a su obra lírica y llevó a cabo esta operación con la<br />
composición de la Vita Nuova, donde hizo una selección de sus poesías con su<br />
correspondiente comentario en prosa, muchos leen incluso la obra como una novela con<br />
poemas. Esas poesías y sus explicaciones están organizadas en orden cronológico para<br />
transmitir la idea de una aventura existencial, un recorrido que se despliega, Beatriz<br />
sirve al poeta para unificar los registros poéticos e integrar las diversas experiencias<br />
sentimentales del poeta. Beatriz y el deseo que nos dan idea de explícitamente de una<br />
existencia dominada por el amor. En Baudelaire ya no podemos encontrar ese<br />
organismo textual unificado y orgánico, no hay una voluntad de clarificar y ordenar sus<br />
poemas, en el mundo moderno el poeta pasea a través de sus versos por el paisaje de<br />
una ciudad deshilachada y cambiante, la realidad del deseo ya no se puede atrapar<br />
porque ni el propio sujeto es capaz de ver con claridad el sentir de su interior. No<br />
estamos ante un mundo aristotélico y tolemaico sino ante un lugar triste y cansado que<br />
ha derruido los pilares de la capacidad de conocimiento, el viaje a los infiernos y al<br />
paraíso efímero de la embriaguez de los sentidos se hace ahora desde la prosaica<br />
realidad, no hace falta encaminarse hacia un más allá espiritual. “Viens-tu du ciel<br />
77 La beauté, Charles Baudelaire, Poesía completa, Op. Cit. Pág. 65<br />
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