YANET CERVANTES – LORENZO LUÉVANO - Volviendo a la Biblia
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Dialogo Yanet-Luevano sobre <strong>la</strong> salvacion, el diezmo y <strong>la</strong> iglesia bautista<br />
“…¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras?<br />
¿PODRÁ LA FE SALVARLE? …”<br />
El verbo “creer”, al ser un verbo “activo y continuo”, no acepta de ninguna<br />
manera que <strong>la</strong> acción consiste so<strong>la</strong>mente en “confiar” o “aceptar” algo. Dicho<br />
verbo “activo” implica “obediencia”. He aquí lo que dice <strong>la</strong> <strong>Biblia</strong>: “…Mas no<br />
todos OBEDECIERON al evangelio; pues Isaías dice: Señor, ¿quién ha<br />
CREÍDO a nuestro anuncio? …” (Romanos 10:16). El texto hace evidente lo<br />
que acabo de decir. Las acciones de “creer” y “obedecer”, no pueden ser<br />
separadas de ninguna manera. El “creyente” obra, mientras que el “incrédulo”<br />
no. De ahí que <strong>la</strong> “fe” y <strong>la</strong> “salvación” no pueden existir “antes” de <strong>la</strong><br />
“obediencia” y <strong>la</strong>s “obras”, <strong>la</strong>s cuales están intrínsicamente en <strong>la</strong> obediencia.<br />
Yanet escribió:<br />
Usted ha afirmado en este, y en otros artículos que he leído, que para ser salvos no<br />
basta solo “creer”. Dice que es necesario obedecer, permanecer y hasta bautizarse,<br />
etc. Pero si en Juan 3:16 dice que “para que todo aquel que en él cree, no se pierda,<br />
mas tenga vida eterna” podemos darnos cuenta de que aquí, creer incluye todas<br />
estas cosas, por que c<strong>la</strong>ramente dice que “tenga vida eterna”. Con esto le digo que a<br />
quienes Jesús se refiere en Mateo 7:21 no han creído tal y como lo dice Juan 3:16.<br />
Respuesta: ¡Correcto! Los de Mateo 7:1 han hecho lo de Juan 3:16: Es decir,<br />
creer, arrepentirse y bautizarse. Pero el punto sigue en pie. Los de Juan 3:16,<br />
sí “hacen <strong>la</strong> voluntad de Dios” (Mateo 7:21a), mientras que los que tienen “solo<br />
fe”, so<strong>la</strong>mente dicen “Señor, Señor”, pero no hacen lo que dice Juan 3:16, es<br />
decir, “obedecer <strong>la</strong> voluntad del Señor”. Que bueno que nos estamos<br />
entendiendo en bien de <strong>la</strong> verdad y de su alma.<br />
Yanet escribió:<br />
3.- Sobre <strong>la</strong> cuestión: “La existencia de un "órgano eclesiástico" (o peor aun so<strong>la</strong>mente<br />
un individuo) capaz de determinar quien si y quien no es salvo”. Usted escribió:<br />
Respuesta: Nadie toma ese papel, ni tampoco se afirma tal cosa (al menos no un<br />
servidor). Semejante dec<strong>la</strong>ración es prejuiciosa y carnal, pues jamás se ha dec<strong>la</strong>rado<br />
tal cosa. Por otro <strong>la</strong>do, el Señor nos ha mandado a predicar el evangelio a toda<br />
criatura, y el mensaje que el nos manda predicar es sumamente sencillo, pero que<br />
también incluye dec<strong>la</strong>rar <strong>la</strong> verdad en cuanto a <strong>la</strong> condición de los hombres, y los<br />
efectos negativos de su desobediencia y fe en el Señor. ¿Acaso se toman tales<br />
atribuciones dec<strong>la</strong>radas por decir <strong>la</strong> verdad, de “…el que no creyere, será<br />
condenado…”? (Mr. 16:16b). ¿Acaso Pablo tomó tales atribuciones, al advertir a sus<br />
oyentes, sobre <strong>la</strong> necesidad que tenían de escapar de esa “perversa generación” en <strong>la</strong><br />
que vivían para poder ser “salvos”? (Hechos 2:40). Advertir y decir <strong>la</strong> verdad a los<br />
hombres que nos rodean, sobre <strong>la</strong> situación espiritual en <strong>la</strong> que se encuentran, sean<br />
estos ateos o religiosos errados y engañados por falsos maestros, no representa para<br />
nada <strong>la</strong> “existencia” de un “individuo” u “órgano eclesiástico” que determina <strong>la</strong><br />
salvación o condenación de los hombres. Tal cosa es una perspectiva ajena a <strong>la</strong><br />
realidad del caso.<br />
Comentario:<br />
Estoy totalmente de acuerdo con usted en este punto. Entonces coincidimos en que<br />
solo Dios determina quien es salvo y quien no. Nuestro trabajo es advertir a <strong>la</strong>s<br />
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