YANET CERVANTES – LORENZO LUÉVANO - Volviendo a la Biblia
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Dialogo Yanet-Luevano sobre <strong>la</strong> salvacion, el diezmo y <strong>la</strong> iglesia bautista<br />
“hacer <strong>la</strong> voluntad de Dios”: “…como hijos OBEDIENTES, no os conforméis a<br />
los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; 15 sino, como aquel<br />
que os l<strong>la</strong>mó es santo, SED TAMBIÉN VOSOTROS SANTOS EN TODA<br />
VUESTRA MANERA DE VIVIR; 16 porque escrito está: Sed santos, porque yo<br />
soy santo… ¿No sabéis que un poco de levadura leuda toda <strong>la</strong> masa?<br />
LIMPIAOS, pues, de <strong>la</strong> vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin<br />
levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada<br />
por nosotros…” (1 Pedro 1:14-16; 1 Corintios 5:5). ¡Debemos ser santos,<br />
consagrados, limpios! Si usted no lo es, entonces usted no está haciendo <strong>la</strong><br />
voluntad del Señor. “Ejercer fe” incluye una forma de vida. De hecho, si no<br />
tenemos <strong>la</strong> forma de vida que Dios nos manda <strong>–</strong>como en los textos que hemos<br />
leído- ¡entonces no estamos ejerciendo fe en el Señor! Sí, “Dios conoce<br />
nuestra condición, y se acuerda de que somos polvo”, pero eso nos justifica<br />
para no hacer su voluntad y cumplir con lo que escribió Pedro y Pablo en los<br />
textos que hemos leído. Nuestra “condición” es que “fal<strong>la</strong>mos”, pero Dios<br />
espera que nos “arrepintamos” y que “perseveremos” en su voluntad (1 Juan<br />
2:1; 2 Juan :9).<br />
Yanet escribió:<br />
Nota: Yo le prometo que nunca le responderé una pregunta suya con otra pregunta.<br />
Para mí, eso resulta desagradable. En mi experiencia, cada que alguien procede de<br />
esta manera intenta humil<strong>la</strong>r, exhibir, manipu<strong>la</strong>r, etc. yo sé que posiblemente este no<br />
sea el caso, por eso respondí <strong>la</strong> pregunta que hace antes de continuar con mis<br />
cometarios. Pero yo le prometo que no caeré en eso y le pido atentamente que ud.<br />
haga lo mismo. Gracias.<br />
Respuesta: Lo que usted pide es imposible, y de hecho no lo hace tampoco.<br />
Lea otra vez sus comentarios, y notará que incluyen preguntas. Jesús usó<br />
mucho esa forma de argumentar, así como el resto de los apóstoles (Cf. 1<br />
Corintios 12:29). Dichas preguntas tienen el propósito de estimu<strong>la</strong>r el intelecto<br />
y hacer notar algún punto importante. En los debates en que he participado, <strong>la</strong>s<br />
preguntas juegan un papel muy importante. Ahora, y con <strong>la</strong> pena, pero, ¿por<br />
qué mejor no dejar <strong>la</strong> malicia de <strong>la</strong>do, y hacer uso de toda <strong>la</strong> riqueza de nuestra<br />
lengua y expresión, en aras de ac<strong>la</strong>rar y comprender <strong>la</strong> discusión que se lleva a<br />
cabo. No puedo cumplir su petición, pues ni hago <strong>la</strong>s preguntas con intenciones<br />
negativas, y son parte del lenguaje y comunicación entre los hombres.<br />
Yanet escribió:<br />
También escribió:<br />
Dejaré que <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra de Dios responda dicha cuestión: “…el fundamento de Dios está<br />
firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de<br />
iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo…” (2 Timoteo 2:18).<br />
Comentario:<br />
Creo que coincidimos en aceptar que Dios conoce a los que son suyos. ¿Serán<br />
también suyos los que están en iniquidad? Por favor entienda que este es un l<strong>la</strong>mado<br />
a los que invocan el nombre de Cristo, pero que aún no son salvos. Retomando lo que<br />
usted mismo cita de Mateo 7:21, al invocar, están diciendo “Señor, Señor”, pero no<br />
hacen <strong>la</strong> voluntad de Dios, por eso están en iniquidad.<br />
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