11.05.2013 Views

Caso Scala.pdf - Virus Editorial

Caso Scala.pdf - Virus Editorial

Caso Scala.pdf - Virus Editorial

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

CASO SCALA. TERRORISMO DE ESTADO Y ALGO MÁS<br />

El nombre de Gambín no aparece por ningún lado.<br />

Tras nuestras declaraciones, el Tribunal dicta un receso y nos vuelven<br />

a llevar al calabozo.<br />

Diez minutos después se reinicia la sesión.<br />

Los senadores y diputados ya no estaban en la Sala ni volverían<br />

nunca más.<br />

Nos esposan de nuevo, esta vez de uno en uno y con las manos en la<br />

espalda.<br />

Una vez en la sala, de nuevo nos negamos a sentarnos.<br />

Nos quitan las esposas y tomamos asiento.<br />

Llega el turno para las declaraciones de los testigos presentados por<br />

el Ministerio Fiscal que, según la policía, son testigos presenciales del<br />

atentado.<br />

Primero llaman al ex maître del <strong>Scala</strong>, un viejo con diez dioptrías en<br />

cada ojo.<br />

—¿Reconoce a los acusados? —le pregunta uno de los miembros del<br />

Tribunal—.<br />

Mira a nuestros abogados y dice:<br />

—No señoría, no reconozco a ninguno.<br />

—Esos no son los acusados, los acusados son los que están sentados<br />

en el banquillo, detrás de usted.<br />

Carcajada general.<br />

Se gira, nos mira detenidamente y declara:<br />

—No señoría, no reconozco a ninguno de ellos.<br />

El resto de los testigos —según la policía— presenciales del atentado<br />

tampoco nos reconocen.<br />

Nuestra defensa solicita al Tribunal que muestre a la sala la pistola<br />

que la policía encuentra en el registro de mi casa. El Tribunal, avergonzado,<br />

deniega la petición.<br />

El fiscal, a requerimiento de nuestros abogados, solicita al Tribunal<br />

que muestre el arma a la sala.<br />

Éste no puede negarse ante la petición del Ministerio Fiscal y, avergonzado,<br />

la muestra a la sala.<br />

De nuevo, carcajada general y gritos de rabia.<br />

—¡Farsantes! ¡Cabrones! ¡Fascistas!<br />

58<br />

59<br />

PUNTO DE INFLEXIÓN<br />

El presidente del Tribunal ordena el desalojo de la sala y el fin de la<br />

vista hasta la sesión de la tarde.<br />

Nos devuelven al calabozo y al rato nos traen un bocadillo de queso a<br />

cada uno, de sabor a moho y textura de goma.<br />

Nos negamos a comer.<br />

Entre Arturo, Luis y yo nos fumamos los dos gramos de aceite de<br />

hachís; Pepe no consume drogas, se ríe con el humo.<br />

Con un colocón tremendo, no nos enteramos de nada en la sesión de<br />

la tarde.<br />

Al final de la sesión, con el amplio despliegue policial, nos conducen<br />

de nuevo a la Modelo.<br />

Los carceleros nos obligan de nuevo a desnudarnos y a hacer flexiones.<br />

Cada día, durante los cuatro que dura el juicio, los mismos cacheos<br />

de los carceleros y el mismo despliegue policial en los traslados.<br />

El último día del juicio, los policías nacionales que nos vigilan a<br />

nuestras espaldas nos dicen:<br />

—Tranquilos chavales, no hay ninguna prueba contra vosotros, estáis<br />

en la calle.<br />

El Ministerio Fiscal, representado por el Sr. Alejandro del Toro, modifica<br />

sus conclusiones y de los 304 años de condena que solicitaba en un<br />

principio, rebaja su petición a 46 años y seis meses, aunque sigue sin existir<br />

ninguna prueba contra los acusados. Como declararía en 1994, una<br />

vez retirado de la carrera judicial, en la revista Cuadernos Jurídicos, «su<br />

mayor problema era no poner en ridículo su carrera judicial».<br />

Al día siguiente, Luis sale de la cárcel.<br />

Nosotros nos vamos a quedar. ¿Cuánto tiempo? Aún no lo sabemos.<br />

Una semana después, todavía aislados en las celdas de la quinta galería,<br />

nos sacan a los tres al patio, juntos por primera vez. Se nos acerca<br />

un carcelero y nos dice:<br />

—Lo siento chavales, os han condenado.<br />

Efectivamente, un secretario judicial nos comunica la sentencia:<br />

– 1 año por fabricación de explosivos.<br />

– 3 años por transporte de explosivos.<br />

– 6 años por imprudencia temeraria con causa de muertes.<br />

– 7 años por estragos con causa de muertes.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!