11.05.2013 Views

Caso Scala.pdf - Virus Editorial

Caso Scala.pdf - Virus Editorial

Caso Scala.pdf - Virus Editorial

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

CASO SCALA. TERRORISMO DE ESTADO Y ALGO MÁS<br />

denados con «sentencia firme».<br />

Podemos recurrir la sentencia ante el Tribunal Constitucional y, si<br />

éste también rechaza el recurso, podemos recurrir ante el Tribunal Internacional<br />

de la Haya. Pero eso supone mucho dinero y mucho tiempo,<br />

tal vez varios años.<br />

La CNT se niega a cubrir los gastos. Los Comités de Apoyo han dejado<br />

de existir y nuestras familias no disponen del dinero necesario para<br />

tales recursos.<br />

Llevamos cuatro años en prisión, si nos conceden la «redención de<br />

pena por trabajo» desde el principio y la «libertad condicional», los 16<br />

años de condena se reducen a 8 años. Nos quedan cuatro largos años de<br />

cárcel. Si recurrimos, a lo mejor ganamos ante alguno de los dos Tribunales;<br />

pero si perdemos, esos cuatro años que nos quedan pueden<br />

convertirse en seis o más.<br />

Decidimos no seguir recurriendo y buscarnos la vida para obtener<br />

los beneficios penitenciarios que nos corresponden, siempre, eso sí, defendiendo<br />

nuestra «dignidad e integridad anarquista».<br />

Ha llegado la hora de que el Equipo de Tratamiento de la prisión nos<br />

«clasifique» en alguno de los tres grados penitenciarios.<br />

El Equipo de Tratamiento de la cárcel Modelo de Barcelona se niega<br />

a clasificarnos, y deciden enviarnos a Artuto y a mí a la Central de Observación<br />

de Madrid.<br />

Permanecemos treinta escasos días en esa Central de Observación y<br />

un equipo, compuesto por criminólogo, psicólogo, asistente social,<br />

maestro y moralista (un cura), empieza a hacernos diferentes pruebas.<br />

Finalmente, el criminólogo, como jefe del equipo, nos reúne en su<br />

despacho y nos dice:<br />

—El equipo está dividido, dos de ellos optan por clasificaros en segundo<br />

grado y los otros dos optan por el tercer grado. Si firmáis una declaración<br />

jurada ante mí, según la cual os reconocéis como autores materiales<br />

del atentado y os arrepentís, voto por el tercer grado y el fin de<br />

semana que viene salís a la calle de permiso.<br />

—¡Métete el tercer grado por el culo, hijo de puta! —le dijimos—.<br />

Salimos de la Central de Observación clasificados en segundo grado.<br />

A partir de ese momento, legalmente, nos correspondían 36 días de per-<br />

62<br />

63<br />

PUNTO DE INFLEXIÓN<br />

miso anuales, repartidos en periodos no superiores a cinco días consecutivos.<br />

Pero aquel beneficio penitenciario aún tardaría unos años en llegar.<br />

Nos llevaron a la tercera galería de la prisión de Carabanchel (Madrid),<br />

ubicada en el mismo recinto que la Central de Observación.<br />

Allí estaba Pepe, al que también habían clasificado en segundo grado,<br />

y otros muchos compañeros anarquistas, algunos ya condenados y otros<br />

a la espera de juicio, acusados de terrorismo, en la Audiencia Nacional.<br />

La tercera galería de Carabanchel era inmensa, bastante más larga<br />

que cualquiera de las dos más grandes de la Modelo de Barcelona y tenía<br />

tres plantas, una más que en la Modelo o en el Penal de Segovia.<br />

Un pasillo de la segunda planta y toda la tercera planta estaba ocupada<br />

por presos acusados de terrorismo, el resto de la galería y las otras<br />

cinco galerías estaban ocupadas por presos comunes.<br />

Allí había presos de ETA (militar), de ETA (político-militar), de<br />

GRAPO y PCE(r), de PCE(i), anarquistas de CNT, anarquistas independientes,<br />

Grupos Autónomos y la FIGA, independentistas catalanes,<br />

gallegos y canarios y algún palestino de la OLP.<br />

En esa época, la tercera galería de Carabanchel estuvo bastante agitada;<br />

durante unos tres meses, casi no había día sin que un preso fuera<br />

apuñalado por asuntos relacionados con las drogas. Cuando salíamos al<br />

patio, nos dábamos perfecta cuenta de quién iba a apuñalar a quién.<br />

Una noche de sábado, mientras paseábamos por la planta baja, un<br />

preso común amenazaba con tirarse desde la tercera planta; después de<br />

insistir unas cuantas veces, alguien le dijo:<br />

—¡Tírate ya y deja de dar el coñazo, capullo!<br />

Se tiró reventándose el cráneo contra el pavimento dejando un<br />

perímetro bastante amplio lleno de sangre y sesos.<br />

Seguimos paseando como si nada hubiese sucedido.<br />

En esa época estaba en Carabanchel Sánchez Casas, dirigente del<br />

PCE(r), brazo político de los GRAPO. Casi cada día intentaba convencernos<br />

de la necesidad imperiosa que tenía el Estado de conceder<br />

una amnistía política; nosotros estábamos convencidos de que no iba a<br />

ser así, pero no le decíamos nada, estaba condenado a más de 1.000<br />

años de cárcel y aún le quedaban un centenar de juicios más, un juicio<br />

por cada atentado o atraco de los GRAPO.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!