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Untitled - Concursos de Cuentos

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un inmenso comedor, lleno <strong>de</strong> señores religiosos y laicos (ninguna dama), era el aniversario <strong>de</strong> la<br />

Escuela. Al día siguiente, sólo habría pan amasado, una sopa lavada y todos los días porotos. Sólo<br />

los domingo, tallarines, misa y comunión diaria, harta prédica.<br />

Me pregunto si esto me habrá servido hasta este siglo XXI.<br />

Se estudiaba en la mañana y se trabajaba en la tar<strong>de</strong>. Se trataba <strong>de</strong> las Escuelas Salesianas <strong>de</strong>l Trabajo.<br />

Muy buena i<strong>de</strong>a, el objetivo era inyectarnos el hábito <strong>de</strong>l estudio y <strong>de</strong>l trabajo. Aprendí a<br />

podar, capar pollitos, cosechar, cuidar los gallineros y conejeras, hacer la vendimia y producir vino<br />

asoleado, el mismo vino que, a escondidas, hurtábamos al padre antes <strong>de</strong> la misa. Nos peleábamos<br />

por ayudar misa (en latín “in nomine dominus”).<br />

¿Mujeres? Sólo se veían las habitantes campesinas los domingo en misa. Teníamos entre y 9<br />

años. Ningún acceso a ellas, sólo hablaban con los padrecitos o algún profe laico y las veíamos<br />

cerca cuando comulgaban. Por eso, causó revuelo cuando el señor Cid, profe <strong>de</strong> matemáticas y ex<br />

cura, se vio envuelto en cierto “affaire romántico”, clan<strong>de</strong>stino, salidas al atar<strong>de</strong>cer, con una <strong>de</strong> “las<br />

niñas Vilches”. Le costó la salida <strong>de</strong>l plantel. Era todo, a veces nos tiraban un pancito por los altos<br />

muros que trepábamos, una moneda iba en pago.<br />

Eran buenos los padrecitos: escuché comentarios <strong>de</strong> un tal padre Ansaldo, que habría sido muy<br />

cariñoso con más <strong>de</strong> algún alumno, tal vez, como lo que hoy calificamos <strong>de</strong> tocaciones. Fue silenciosamente<br />

separado y se le trasladó.<br />

La disciplina era espartana, harto Don Bosco estudio en silencio. ¡Ah!, también hubo más <strong>de</strong> una<br />

expulsión <strong>de</strong> alumnos por algún tipo <strong>de</strong> contacto <strong>de</strong> índole sexual entre ellos.<br />

Había mucha pobreza a la sazón en el contorno. Todos vivían y vivíamos <strong>de</strong> la agricultura en<br />

comunidad, producíamos vino, leche, quesos, granos, cítricos y frutas diversas, lo que se transaba<br />

en el pueblo, su producto era para mantener a los que allí vivíamos, otros recursos provenían <strong>de</strong><br />

voluntarios o socios, la señora Olga Bachelet lo era.<br />

En honor a la realidad, los profes y padrecitos disponían <strong>de</strong> comedores exclusivos, con buena comida<br />

diaria. Nosotros comíamos algo mejor para el cumpleaños <strong>de</strong>l director o fiestas sacras. La obra<br />

era buena, harto fútbol, paseos a la nieve. Una banda instrumental, que era dirigida por el señor<br />

Jerez, profesor <strong>de</strong> la banda <strong>de</strong>l Regimiento Yungay <strong>de</strong> San Felipe y en la que aprendí a tocar saxo<br />

Mi bemol. Nunca más lo hice.<br />

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