You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
elegante, siempre limpio. A lo Figueroa, Don Elías Figueroa, mi ídolo. Claro, siempre sabiendo<br />
que esto es fútbol rural, aquí se pone la patita fuerte y se saca <strong>de</strong>l fondo a como dé lugar, sin asco,<br />
como me gritaba el viejo Carrasco. Nunca mala intención, nunca un golpe por <strong>de</strong>trás. En mi vida<br />
<strong>de</strong>portiva, nunca una expulsión. Amarillas como todos: por llegar tar<strong>de</strong> al balón o por levantar<br />
mucho los codos, pero nunca por pegar sin pelota o por cortar un jugador… nunca…<br />
Las siete y cuarto y, por fin, llegaron los últimos. Todos arriba y a jugar. Estamos… estamos.<br />
Ya, Don Sofanor, salgamos no más, le grité a nuestro chofer, que <strong>de</strong> tanta rabia ya llevaba como media<br />
cajetilla <strong>de</strong> cigarro; alcanzamos justito a pasar la gruta <strong>de</strong> San Sebastián, prendimos una velita por<br />
cada jugador y a ganar-, le dije bajito para que así no me oiga.<br />
A San Sebastián van a pasar los güevones, dijo, irónico Don Sofanor. A mí me contrataron para llevarlos<br />
a Murta y pa’ llá vamos, no me vengan con güevadas <strong>de</strong> santos ni difuntos, si quieren, bien, sino,<br />
se bajan y les <strong>de</strong>vuelvo sus diez lucas que ni pa’ petróleo me alcanzan.<br />
Viejo hereje, nos calzó… no nos quedaba otra. P’ta qué le va a hacer un ratito, Don Sofanor…<br />
le rogamos, pero el viejo no y no y no más. Me tocó, como siempre, tomar <strong>de</strong>cisiones. Ya Don<br />
Sofanor, vamos no más, si igual el santito sabe que nos acordamos <strong>de</strong> él y una ayudita nos dará. Claro,<br />
que no se olvi<strong>de</strong> <strong>de</strong> tocarle la bocina a la pasa’, poh¡¡<br />
Por fin salimos, siete y veinte. Si el camino está bueno, llegamos diez pa’ las nueve. Justo pa’ entrar<br />
a la cancha. Nos vestimos en el camino, dirijo un calentamiento tal como lo vi en la tele una vez que<br />
estuve en el pueblo, pensé, y estamos.<br />
Pasamos frente a la gruta <strong>de</strong>l santito y el viejo Sofanor como si nada… ni un pitazo le tocó el viejo<br />
ateo… Mardones, por si acaso, sacó una vela y me la pasó para que yo la encendiera; prendí un<br />
fósforo y nada, no prendían los muy <strong>de</strong>sgraciados. Seguro que la caja se había hume<strong>de</strong>cido. Mala<br />
seña, dijo el viejo Carrasco en su cura<strong>de</strong>ra. Le pegué una mirada, pero prefería no <strong>de</strong>cirle nada.<br />
Toma Contreritas, le dije al paramédico, tengo los <strong>de</strong>dos engarrotados, dale tú.<br />
Mala seña, mala seña… me daba vuelta esa frase en la cabeza, pero no dije nada. Serio no más.<br />
“Concentrado” como dicen, los jugadores profesionales. Miré la hora. Las ocho y veinte. Ya,<br />
muchachos, estamos a llegar, así que a vestirse. Todos sacaron sus zapatos <strong>de</strong> fútbol y yo repartí las<br />
camisetas. Entre tanto movimiento se hacía difícil la misión <strong>de</strong> sacarse la ropa <strong>de</strong> trabajo y vestirse<br />
<strong>de</strong> corto. Parecía que Don Sofanor pasaba a propósito por los hoyos más gran<strong>de</strong>s… como se tiene<br />
98