julio - LiahonaSud
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Quisiera decir unas pocas palabras<br />
a los niños de la Primaria que<br />
me estén escuchando. Niños, he<br />
estado intentando enseñar a sus<br />
mamas y a sus papas algo muy<br />
importante y necesito la ayuda de<br />
ustedes. Hagamos un trato: Si prometen<br />
escuchar con mucha atención,<br />
les prometo que no hablaré<br />
mucho.<br />
¿Se acuerdan del cuento de<br />
Bambi, el cervatillo, y de todos sus<br />
amigos del bosque? Si se acuerdan de<br />
él también se acordarán de que uno<br />
de los buenos amigos de Bambi era el<br />
conejo llamado Tambor. Tambor<br />
tenía más o menos la edad de ustedes.<br />
Era un conejo simpático, pero<br />
tenía un problema: se lo pasaba<br />
hablando mal de las personas. Un día<br />
en que Bambi andaba en el bosque<br />
aprendiendo a caminar, se cayó.<br />
Tambor no pudo resistir la tentación<br />
de comentar: "El no camina muy<br />
bien, ¿verdad?". A su mamá eso le<br />
pareció muy mal y le preguntó:<br />
"¿Qué te dijo tu padre esta<br />
mañana?". Tambor, turbado, mirándose<br />
las patas, dijo: "Que si no se<br />
puede decir algo bueno de alguien,<br />
no se diga nada". Ese es un buen<br />
consejo que todos debemos seguir. Lo<br />
que quiero que hagan ustedes, niños,<br />
es lo siguiente: Si oyen que alguien<br />
de su familia empieza a hablar mal de<br />
otra persona, por favor, golpeen el<br />
suelo con el pie y digan en voz alta:<br />
"Si no se puede decir algo bueno de<br />
alguien, no se diga nada". Todos van<br />
a entender lo que ustedes quieren<br />
decir... Ahora bien, mamá y papá, eso<br />
les hará un poco más fácil vivir este<br />
mandamiento.<br />
Ruego que el Señor nos bendiga a<br />
todos para que nunca traspasemos la<br />
línea demarcadora y para que vivamos<br />
de tal manera que se diga: "Su<br />
nombre está a salvo en nuestra<br />
casa".<br />
En este día especial de la Pascua,<br />
deseo terminar mi mensaje con mi<br />
solemne declaración, nacida del<br />
Espíritu, de que Jesucristo es en verdad<br />
nuestro Salvador y nuestro<br />
Redentor y que la salvación viene<br />
por medio de Su sacrificio expiatorio<br />
y de ninguna otra manera. En el<br />
nombre de Jesucristo. Amén. D<br />
Los puentes y los<br />
recuerdos eternos<br />
Elder Dennis B. Neuenschwander<br />
de los Setenta<br />
"La genealogía, las historias familiares, los relatos históricos y las<br />
tradiciones... forman un puente entre el pasado y el futuro y crean<br />
vínculos entre las generaciones como ninguna otra reminiscencia puede<br />
hacerlo".<br />
Hermanos y hermanas: todas<br />
las familias guardan recuerdos.<br />
Hay familias que coleccionan<br />
muebles, libros, objetos de<br />
porcelana y otras cosas de valor que<br />
luego pasan a su posteridad. Esos<br />
hermosos recuerdos nos hacen evocar<br />
a nuestros seres queridos que ya<br />
se han ido y pensar en los que todavía<br />
están por nacer; ellos forman un<br />
puente entre el pasado y el futuro de<br />
una familia.<br />
Cada familia tiene también otros<br />
recuerdos de mucho más valor,<br />
entre los que se encuentran la<br />
genealogía, las historias familiares,<br />
los relatos históricos y las tradiciones.<br />
Estos recuerdos eternos forman<br />
también un puente entre el pasado y<br />
el futuro y crean vínculos entre las<br />
bibliotecasud.blogspot.com<br />
generaciones como ninguna otra<br />
reminiscencia puede hacerlo.<br />
Quisiera expresar algunas ideas<br />
acerca de la historia familiar, de los<br />
puentes y de los recuerdos eternos.<br />
La historia familiar crea puentes<br />
entre las generaciones de nuestras<br />
familias, puentes que llevan a la<br />
actividad dentro de la Iglesia y<br />
puentes que conducen al templo.<br />
Primeramente, la historia familiar<br />
crea puentes entre las generaciones<br />
de nuestras familias. Los puentes<br />
entre las generaciones no se forman<br />
por accidente. Todo miembro de la<br />
Iglesia tiene la responsabilidad personal<br />
de ser el arquitecto eterno de<br />
ese puente de unión para su propia<br />
familia. Durante una de las reuniones<br />
familiares que tuvimos esta<br />
Navidad pasada, observé a mi padre,<br />
que tiene 89 años, y a Ashlin, nuestro<br />
nieto mayor que tiene cuatro<br />
años y medio, hablar, reír y disfrutar<br />
de estar juntos. Ese fue para mí un<br />
momento dulce y amargo a la vez,<br />
ya que me di cuenta de que, aun<br />
cuando Ashlin guardaría algunos<br />
fugaces recuerdos gratos de mi<br />
padre, no tendría ningún recuerdo<br />
de mi madre, quien falleció antes de<br />
que él naciera. Ninguno de mis hijos<br />
recuerda absolutamente nada de mis<br />
abuelos. Si deseo que mis hijos y mis<br />
nietos conozcan a quienes todavía<br />
conservo en la memoria, entonces<br />
debo crear un puente de unión<br />
entre ellos. Yo soy el único vínculo<br />
que une a esas generaciones que