MANUAL DE SUGERENCIAS PARA LA NOCHE DE HOGAR

Integridad personal:
La llave principal
del ejemplo
El fundamento de un hogar
en el cual mora la rectitud
es el reflejo de la rectitud de
los padres. Si deseamos que otros,
especialmente nuestros hijos, sean
obedientes a los principios del
evangelio, primeramente debemos
examinar nuestra propia integridad
y obediencia. Cuando vivimos de
acuerdo con los principios correctos,
existen más posibilidades de
que nuestros hijos sigan nuestro
ejemplo.
Sin embargo, nuestra obediencia
no nos asegura de que la vida será
más llevadera, libre de problemas,
ni tampoco que nuestros hijos automáticamente
seguirán nuestro
ejemplo. Sin embargo, si seriamente
buscamos la ayuda del Señor
y tratamos de ser buenos padres,
nuestras posibilidades para
lograr el éxito aumentarán en gran
manera.
El ejemplo de un padre que honrada
y humildemente está tratando
de vivir de acuerdo con los principios
del evangelio puede influir
grandemente en sus hijos. A pesar
de lo que pensemos, los hijos no
se desaniman por la imperfección
de sus padres. De hecho, la sinceridad
y el arrepentimiento paterno
son muy importantes. Un padre
que admite sus propios errores y
sinceramente trata de vencerlos
está esforzándose por ser perfecto.
Su sinceridad es una invitación
para que sus hijos también sean
honrados. Los padres que cumplen
con los convenios y promesas que
han hecho con Dios y con los
hombres están enseñando integridad
a sus hijos.
Ricardo se arrepiente
Ya entrada la noche, Ricardo había
estado buscando algo apetitoso
para comer, y se encontró un deli-
cioso pan dulce. Después de que
se lo comió y se tomó un vaso de
agua helada, se fue muy satisfecho
a la cama. La siguiente mañana
cerca de las 7:15, la quietud del
día se vio interrumpida por la voz
enojada de su pequeña de cuatro
años de edad.
—¿Quién se comió mi pan?
—Fui yo, preciosa. Perdóname,
no sabía que era tuyo.
La niña se paró en la entrada de
la puerta, con una mano sobre
una de sus caderas, y Ricardo le
dijo:
—La próxima vez voy a preguntar
de quién es el pan, ¿está bien?
—Bueno —replicó la nena con un
sentimiento de perdón— pero no
se te vaya a olvidar.
Esa tarde Ricardo compró otro panecillo
dulce para la pequeña. Su
arrepentimiento demostró más que
el valor de la honradez; la nena
también aprendió que su padre
respetaba sus derechos.
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Libre albedrío: La
llave del desarrollo
El libre albedrío es el poder y
la libertad que tenemos de
tomar nuestras propias decisiones,
ya sean buenas o malas.
Los niños son capaces de lograr su
máximo desarrollo cuando ejercen
su libre albedrío. Sin embargo,
cuando lo utilizan y seleccionan lo>
que no es bueno, están limitando
su felicidad futura. A fin de que
ellos tomen las decisiones debidas,
es necesario que obtengan conocimiento,
que comprendan las alternativas
y tengan la libertad para
escoger. Como padres, el permitir
que los niños utilicen su libre albedrío
y escojan por sí mismos es
uno de los problemas más grandes
con los que tenemos que lidiar.
Algunos padres obligan a sus hijos
para que hagan lo bueno, y así los
privan de su libre albedrío. Estudien
las diferentes soluciones a la
misma situación que se dan a continuación.
Natalia escoge nueva ropa
Estaba cerca el primer día de escuela,
y los padres de Natalia, una
atractiva jovencita de trece años
de edad, le dieron dinero para que
fuera de compras.
Posibilidad l: En compañía de su •
madre, Natalia primero se dirigió
a donde estaban los vestidos y después
quiso ver los pantalones. Desafortunadamente
nunca se le había
enseñado, ni mucho menos
permitido, hacer sus propias elecciones.
Por fin encontró algo que
le gustó y buscó la aprobación de
la madre.
—Mamá, mira qué lindo vestido.
—Veamos Natalia —contestó la
madre—, no eres muy alta y, además,
las rayas del vestido son horizontales.
Te harán lucir más baja
de estatura y más gorda. No me
parece que es un buen vestido pa-