apuntes para un eneagrama agustiniano - Revista Religión y Cultura
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– Cada edad, desde la infancia hasta la vejez, tiene en cada persona humana<br />
su propia hermosura (OTC 83, q. 44).<br />
– Somos caminantes, siempre en movimiento, y debemos ir hacia delante…<br />
Continúa el camino, continúa hacia delante, busca la meta. No te pares a<br />
medio camino, no vuelvas atrás ni te desvíes (Ser 169, 18).<br />
– Imita a la pequeña hormiga; sé <strong>un</strong>a hormiga de Dios. Escucha la palabra<br />
de Dios y escóndela en tu corazón. Recoge mucho alimento durante los<br />
días alegres de tus veranos espirituales. Serás capaz de soportar los días<br />
difíciles de la tentación durante los inviernos de tu alma (Ser 38, 6).<br />
1.3. Búsqueda<br />
La inquietud origina preg<strong>un</strong>tas, despierta y dinamiza búsquedas y respuestas.<br />
La busca supone ver, mirar y valorar. Pero lo discernido sólo<br />
satisface cuando provoca la opción mantenida con actitud contemplativa.<br />
Y quizá deba sugerirse que la estética, la ética y la contemplación<br />
se vertebran y conjugan. Toda búsqueda arranca del conocer, asciende<br />
al entender y se sumerge en los ámbitos del pensar. Ver los fenómenos<br />
a nivel de sensibilidad, circ<strong>un</strong>scritos al espacio y al tiempo, es información<br />
tan necesaria como superficial. Incluso entender cuanto acaece<br />
y establecer relaciones categoriales a fuer de hipótesis, leyes o axiomas<br />
más o menos congruentes, tampoco plenifica; pues no pasan de lo<br />
anecdótico, de la información apenas contrastada o de la científica.<br />
Sólo la búsqueda y la pesquisa que introduce en los ámbitos de la<br />
razón y del pensar; solamente la aproximación a la entraña de las<br />
cosas, a los últimos porqués de los entramados satisface a la persona<br />
humana. Y es así como surgen las cuestiones en torno a Dios, al m<strong>un</strong>do<br />
y a nosotros mismos marcando aspiraciones, ideales, horizontes<br />
trascendidos y trascendentales. Son en<strong>un</strong>ciaciones y preg<strong>un</strong>tas que<br />
aproximan al epicentro del ser, de Dios y de cuanto nos rodea.<br />
Y surgen de manera inaplazable cuando se aplica el oído a la caja<br />
de la interioridad y se escuchan las resonancias en los contextos en los<br />
que, inevitablemente, libramos nuestros soliloquios, inquietudes y<br />
búsquedas. Cierto es que nuestros entornos invitan poco al recogimiento;<br />
que el soliloquio resulta dificultoso y que las búsquedas suelen desplazarse<br />
a lo tangencial y retórico. Pero cabe preg<strong>un</strong>tarse si es posible<br />
vivir sin reflexión prof<strong>un</strong>da, navegar sin <strong>un</strong> epicentro bien f<strong>un</strong>dado y<br />
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APUNTES PARA UN ENEAGRAMA AGUSTINIANO