abrir continuación capítulo iii

Es de señalar, gue al igual que se hizo con el
resto de dependencias del hospital, no solamente se
citaban los enseres y existencias de material, sino
también las puertas y ventanas, escaleras fijas, etc.
El orden seguido para hacer el inventario nos da
una idea de las salas que componían el conjunto de la
farmacia: primero se visitó la “Farmacia~~; se pasó un “2Q
Departamento’
1; la “Cocina de la Farmacia’, donde se encontraban
los instrumentos, los hornillos, etc.; el “Labora-
torio”, con frascos, botes, balanzas, etc.; “Medicamentos”
sin precisar en que sala se hallaban aunque se puede
pensar que estaban en las dos primeras. En general se
comprueba, que era una farmacia que volvía a estar muy
bien equipada.
El inventario de 22 de noviembre de 1.875 sirvió
como recopilación de muebles, utensilios, etc. que iban a
pasar al siguiente boticario, de forma, que aunque
realizado por Fabian Barriocanal fue firmado y aceptado
por Pedro Vergara Cifuentes (233).
Volviendo de nuevo al inventario general del
hospital, en 1874, se visitó también la “Casa para Farma-
cia”, con sus habitaciones, el desván, las cuadras y el
jardín, y el porche y las habitaciones de la planta baja,
señalando únicamente las puertas y ventanas y su calidad o
estado, así cono si tenían o no picaportes y cerramento.
A semejanza de estos inventarios, y en general
copia literal, se hicieron en años sucesivos; ya no se
volvió a tasar la botica, solamente se hacía referencia al
estado en que se hallaban sus pertenencias, calificando
como bueno, medio o mal estado.
111—3—15. Inventario del año 1.877
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