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uscar otro boticario, que viva en la casa, corriendo el
titular con los gastos que se deriven.
3) Se obligaron a dar todas las medicinas que fueran
necesarias para ambas casas, el Monasterio de las Huelgas
y el Hospital del Rey, para todo el personal que las
habitaba, incluida todas las personas que tuvieran ración,
o salario, así como para las enfermerías de hombres y
mujeres, siempre que se solicitaran con receta del médico
o cirujano.
El importe de las medicinas dadas, previa
tasación, se le debían de pagar anualmente.
4) Sobre la dispensación de las bebidas y jarabes se
seflalaba: “en sus bassos, puestos en las caxas para que
ello ay, con sus numeros correspondientes a las camas de
los enfermos las e de entregar yo el dicho Josep Gutierrez
por mi o por mi ofizial, a los ministros de dichas
enfermerías de hombres en ellas mismas e a la enfermera
encargada de la dicha enfermeria de mujeres, a los tiempos
convenientes para que lo puedan dar a los enfermos, segun
disposicion y borden del médico y ciruxano”.
5) Sobre las purgas, se obligaba a darlas por su persona
“para que se excusen yerros que suelen suceder”.
6) Se obligaba a acudir a las visitas que hacían el médico
y el cirujano, por la mañana y por la tarde, pudiendo ser
castigado si faltaba a dicha orden.
7) A la muerte o dejación voluntaria de la botica, tenía
derecho a que él o sus herederos, cobraran el importe de
las medicinas que en ella quedaban. Si el boticario
entrante no tenía dinero, era el hospital el que se hacía
cargo de pagar esta deuda, pagando en el plazo de un mes
después del nombramiento del nuevo boticario y dejacién,
por su parte, del cargo.
8) No se le pagarían las medicinas dadas sin receta del
médico o del cirujano del hospital.
9) Anualmente se tasarían las medicinas dadas, según
figuraran en el libro recetario que a tal efecto había.
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