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observado cuando a los boticarios no les unía ningún
parentesco.
15) La situación social de los boticarios que
ejercieron en el Hospital del Rey se entrevé a lo largo de
nuestro trabajo, pertenecían todos ellos a familias acomo-
dadas, según se aprecia al dar fianzas por la botica,
generalmente presentando las heredades que tenían en diferentes
términos destacando las familias que descendiendo
de las hoy villas de Santander, Limpias y Colmares inclu-
so se hallaban emparentados con el personal responsable de
las administraciones del hospital y del monasterio. Algu-
nos boticarios pertenecieron a la nobleza, en el siglo
XVIII tenemos a Manuel Pérez de Limpias que repetidamente
pidió sus títulos; Juan Antonio Martínez que adquirió este
rango a través de su esposa; y Manuel González de Lara
quien llegó a adornar con su blasón algunas piezas del
botamen.
16) Algunos boticarios del Hospital del Rey, por
su ejercicio en este importante contexto hospitalario,
intervinieron como testigos en las informaciones que
debían presentar los aspirantes al ejercicio profesional
de boticario, médico, cirujano y flobotomiano y que esta-
ban como aprendices con los maestros que ejercían en el
hospital. Así mismo otros boticarios de la ciudad y de
otros hospitales testificaron a favor de aprendices del.
Hospital del Rey.
17) Queda patente en nuestra investigación los
matrimonios por intereses que efectuaban las viudas de
boticarios con otros boticarios jóvenes, en muchos casos
mancebos de su marido, unión a la que la viuda aprotaba la
botica y el boticario su titulo; así podemos destacar las
situaciones dadas a la muerte de José del Castillo que
ejercía en el Hospital de Barrantes y su viuda se casó con
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