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edactados anualmente desde 1.855, se puede apreciar una
clara evolución en la dotación de la botica, pudiéndose
diferenciar tres etapas: una primera desde su fundación,
cuando se la reconocía como una de las mejores de la
ciudad hasta finales del siglo XVII; una segunda, a lo
largo del siglo XVIII en que experimentó una gran renova—
ción en cuanto a utillaje, botamen, biblioteca y medica-
mentos; y una tercera en que, tras el deterioro sufrido
como consecuencia de la Guerra de la Independencia a
principios de siglo XIX y soportar un cierre por espacio
de cuatro años a mediados de siglo, fue necesario adquirir
nuevo botamen y frasguería así como moderno instrumental
para el laboratorio y obras para la biblioteca.
20) El boticario del Hospital del Rey conté
siempre con especies medicinales de uso común que obtenía
de la huerta del Parral, junto a la botica, por la que
desde el siglo XVI pagaba renta anualmente; otras drogas
eran adquiridas a especieros de Burgos y Valladolid o se
compraban en los mercados de la feria de Medina del Campo.
En el siglo XIX el principal proveedor era Ulzurrum, en
Madrid, realizando pequeñas compras en almacenes de Valla-
dolid y en la botica de Pedro Barriocanal en Burgos, entre
otros establecimientos.
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