p. ángel peña oar san juan macías lima – perú - Dios te llama
p. ángel peña oar san juan macías lima – perú - Dios te llama
p. ángel peña oar san juan macías lima – perú - Dios te llama
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
11. DONES SOBRENATURALES<br />
a) CIENCIA INFUSA<br />
Diecisie<strong>te</strong> <strong>te</strong>stigos hablan en el Proceso de esta ciencia infusa y<br />
divina sabiduría de fray Juan. Su confesor el padre Gonzalo García<br />
aseguró: Tenía perfecta in<strong>te</strong>ligencia de los mis<strong>te</strong>rios divinos y mucha<br />
eficacia, hablando y razonando de las grandezas de <strong>Dios</strong> como lleno del<br />
Espíritu Santo, demostrando grandeza de ingenio en todo lo que decía,<br />
tratando de ma<strong>te</strong>rias muy difíciles con soluciones acertadas, sin haber<br />
hecho nunca estudios en facultad alguna. De modo que los que le oían<br />
estaban maravillados y decían que lo que sabía no podía saberlo, sino<br />
iluminado y enseñado por el Espíritu Santo. Porque fue <strong>te</strong>nido por<br />
doctísimo y que sabía muy bien todo cuanto era necesario. Era <strong>te</strong>nido por<br />
hombre <strong>san</strong>to y apostólico.<br />
Lo sé por haber sido su confesor y haberle tratado y hablado con él<br />
muchos años en la Religión 43 .<br />
b) RESPLANDORES SOBRENATURALES<br />
El padre Juan López, que había sido Prior de la Magdalena declaró:<br />
El siervo de <strong>Dios</strong>, fray Juan Macías, hacía todos los días de comer apar<strong>te</strong><br />
para los pobres que acudían a la por<strong>te</strong>ría, a los cuales, por su propia<br />
mano, hincado de rodillas, les repartía la dicha comida y lo que sobraba<br />
ordinariamen<strong>te</strong> en el refectorio, porque él lo recogía siempre para sus<br />
pobres. Es<strong>te</strong> <strong>te</strong>stigo le asistió tres años, ayudándole a repartir la comida y<br />
con particular cuidado notó muchas veces que, mientras el dicho siervo<br />
de <strong>Dios</strong> estaba hincado de rodillas, repartiendo la comida a los pobres, le<br />
relumbraba el rostro, que parecía que arrojaba rayos de él, se le ponía el<br />
rostro hermoso como de un <strong>ángel</strong>, siendo así que él era un hombre<br />
menudo de rostro y flaco, de lo que es<strong>te</strong> <strong>te</strong>stigo se compungía y daba<br />
muchas gracias a <strong>Dios</strong> 44 .<br />
Esos resplandores del rostro le venían también cuando se acercaba<br />
a comulgar.<br />
Una tarde, estaba visitando al siervo de <strong>Dios</strong> el doctor Baltasar<br />
Carrasco y el siervo de <strong>Dios</strong> lo llevó a que viese la despensa en que <strong>te</strong>nía<br />
43 Proceso apostólico Nº 39, párrafo 2, tomo 1.<br />
44 Meléndez, p. 512.<br />
22