p. ángel peña oar san juan macías lima – perú - Dios te llama
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Nació el 2 de marzo de 1585 de esposos legítimos Pedro Arcas e Inés<br />
Sánchez en la villa de Ribera del Fresno, de la diócesis de Plasencia, España.<br />
Regenerado con el agua del bautismo, alcanzó la fe de sus padres, la in<strong>te</strong>gridad<br />
y rectitud de la vida. Poco después, al quedar huérfano, se dedicó al cuidado de<br />
rebaños, a fin de pro<strong>te</strong>ger y ayudar a su hermana también huérfana. El Altísimo<br />
desde su adolescencia lo enriqueció con favores celestiales, mientras que él por<br />
su par<strong>te</strong>, principalmen<strong>te</strong> con la meditación saludable de los mis<strong>te</strong>rios del<br />
rosario, se robus<strong>te</strong>cía en la fe y la piedad. Cuando <strong>te</strong>nía aproximadamen<strong>te</strong><br />
veinticinco años, salió por primera vez de Extremadura hacia la ciudad de<br />
Jerez..., cerca de Sevilla; después, aceptando los servicios de un mercader,<br />
marchó a lejanas regiones de América, no en busca de riquezas <strong>te</strong>mporales, sino<br />
para cumplir la voluntad divina.<br />
Después de navegar duran<strong>te</strong> cuarenta días, al llegar a Cartagena en<br />
Colombia, fue despedido por el mercader, ya que no le convenía, y entregándose<br />
con espíritu sereno a la voluntad de <strong>Dios</strong>, prosiguió el camino por lugares<br />
recien<strong>te</strong>men<strong>te</strong> descubiertos hacia las regiones del Perú. Finalmen<strong>te</strong>, llega a<br />
Lima sin contar con ningún auxilio humano. Nuevamen<strong>te</strong> sirvió a otro mercader<br />
por algunos años, hasta que en el año de 1622 abrazó la Orden de Santo<br />
Domingo en el convento de Santa María Magdalena, y se consagró a <strong>Dios</strong><br />
median<strong>te</strong> los votos religiosos.<br />
En el mismo convento, ejerciendo el oficio de por<strong>te</strong>ro, mientras vivió,<br />
a<strong>te</strong>ndía con eximia caridad a los pobres y necesitados, instruía con las<br />
enseñanzas cristianas a los que ignoraban la verdadera fe, imploraba a <strong>Dios</strong> con<br />
apremian<strong>te</strong>s súplicas la conversión de infieles y pecadores, uniendo las<br />
oraciones con las aus<strong>te</strong>ridades de su vida. A los que acudían diariamen<strong>te</strong> a la<br />
por<strong>te</strong>ría del convento los recibía cariñosamen<strong>te</strong>, y mientras los alimentaba en el<br />
cuerpo, los nutría en el espíritu.<br />
Adornado con los dones celestiales, y ardiendo en el amor divino, pasó a<br />
la patria e<strong>te</strong>rna en la misma ciudad de Lima el día 17 de setiembre de 1645, a la<br />
edad de sesentaiún años.<br />
Consta por las Actas de los Procesos, ampliamen<strong>te</strong> comprobadas, que el<br />
bienaventurado Juan Macías alcanzó el grado más eminen<strong>te</strong> en el ejercicio de<br />
las virtudes cristianas, máxime en la palestra de la vida religiosa. An<strong>te</strong> todo, que<br />
el crecimiento de su fe llegó a un nivel de heroicidad o plena maduración,<br />
manifiestamen<strong>te</strong> se demuestra por el don divino del en<strong>te</strong>ndimiento, con el cual<br />
fue enriquecido maravillosamen<strong>te</strong> por el Altísimo; pues tan lúcida y<br />
distintamen<strong>te</strong> percibía los mis<strong>te</strong>rios de la fe y de tal modo hablaba de ellos, como<br />
si los conociera por intuición, es decir, como si conociese con una visión directa<br />
e inmediata. Con tanta perspicacia o penetración de la fe y ardor de la piedad<br />
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