p. ángel peña oar san juan macías lima – perú - Dios te llama
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f) LEVITACIÓN<br />
Dice el padre Juan Meléndez: A veces estaba tan embebido en alta<br />
con<strong>te</strong>mplación que, suspendida la pesadumbre del cuerpo como si fuera<br />
de pluma, volaba a unirse al bien que se le daba a gozar por medio de la<br />
oración, y le hallaban elevado y levantado del suelo perseverando<br />
grandes ratos en esta forma 52 .<br />
Doña Sebastiana Vera entró una mañana en la iglesia a oír misa y<br />
mandó a una esclava suya que fuese a la por<strong>te</strong>ría a ver si estaba<br />
desocupado el siervo de <strong>Dios</strong> para hacerle una visita. Fue la esclava, halló<br />
la puerta cerrada y, por la redecilla que estaba abierta, asomándose,<br />
descubrió al siervo de <strong>Dios</strong>, hincado de rodillas delan<strong>te</strong> del Santo Cristo y<br />
que estaba elevado de la tierra... La misma Doña Sebastiana fue a ver y,<br />
asomándose por la misma redecilla, vio al siervo de <strong>Dios</strong> en la forma que<br />
la esclava le había dicho: en oración, de rodillas delan<strong>te</strong> del Santo Cristo<br />
y levantado de la tierra 53 .<br />
El padre Luis de Espino, siendo novicio, bajó una noche a la<br />
iglesia a matar (apagar) las luces del altar mayor y chocó con la cabeza<br />
con alguna cosa, alzó el rostro con algún susto y vio al siervo de <strong>Dios</strong><br />
todo suspenso en el aire y tan alto que, pa<strong>san</strong>do por debajo de él, le pudo<br />
tocar, aunque levemen<strong>te</strong>, con la cabeza los pies.<br />
Su confesor afirma que muchas veces solía hallarlo en su por<strong>te</strong>ría,<br />
hincado de rodillas con el rosario en la mano... y estaba elevado de la<br />
tierra hasta que, volviendo en sí, proseguía su rosario...<br />
Miguel Treviño, siendo muchacho, iba muchas veces al convento<br />
especialmen<strong>te</strong> a la hora del mediodía... y, al salir, solía hallar las más de<br />
las veces cerrada la por<strong>te</strong>ría y al bendito fray Juan delan<strong>te</strong> del altar del<br />
Santo Cristo, hincado de rodillas, puestos los ojos en la sagrada imagen y<br />
levantadas las manos, elevado, y muchas veces suspenso en el aire,<br />
levantado de la tierra...<br />
El hermano Cristóbal de Herrera, donado del mismo convento…,<br />
buscando una noche al siervo de <strong>Dios</strong>, no habiendo podido hallarle, se<br />
echó a dormir en un poyo de la capilla de la por<strong>te</strong>ría y despertando a<br />
deshora, vio toda la capilla más clara que el día y al siervo de <strong>Dios</strong> fray<br />
Juan levantado del suelo con los brazos abiertos y ex<strong>te</strong>ndidos en forma de<br />
52 Meléndez, p. 541.<br />
53 Ibídem.<br />
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