p. ángel peña oar san juan macías lima – perú - Dios te llama
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comer y de aquel corto salario, gastando lo que había menes<strong>te</strong>r para el sus<strong>te</strong>nto<br />
de cada día, lo demás daba a los pobres a quienes, desde entonces, comenzaba a<br />
dar el título de hermanos 5 .<br />
A los vein<strong>te</strong> años pasó a la Andalucía y todo es<strong>te</strong> tiempo le acompañaba<br />
su amigo <strong>san</strong> Juan evangelista, manifestándosele muy frecuen<strong>te</strong>men<strong>te</strong>, y le<br />
revelaba muchas cosas 6 .<br />
Sucedió en una ocasión que, pa<strong>san</strong>do por Sevilla a Jerez de la Fron<strong>te</strong>ra,<br />
vio en aquella gran ciudad una portada de casa que le pareció de iglesia. El<br />
siervo de <strong>Dios</strong>, como andaba continuamen<strong>te</strong> pen<strong>san</strong>do en <strong>Dios</strong>, luego que vio la<br />
iglesia entró a rezar. Pero, a pocos pasos, encontró un corro de mujeres<br />
cor<strong>te</strong><strong>san</strong>as, que así <strong>llama</strong>n a las perdidas. Ellas cercaron al mozo incauto y,<br />
pen<strong>san</strong>do que entraba a lo que otros, cada cual hacía de las suyas para cogerle<br />
para sí…, pero no tardó mucho el amigo <strong>san</strong> Juan evangelista, poniéndose<br />
visiblemen<strong>te</strong> a su lado, lo cogió de la ropilla y lo sacó hasta la calle,<br />
enseñándole el camino por donde debía ir y advirtiéndole que otra vez anduviese<br />
con cau<strong>te</strong>la y más cuidado 7 .<br />
Estando en Jerez tuvo una experiencia de cielo y él dice: Habiendo oído<br />
misa, <strong>san</strong> Juan me llevó donde él quiso y sabe, allá muy lejos. Llevóme como<br />
otras veces, a ver a <strong>Dios</strong>, donde vi tales cosas que no se puede decir ni declarar 8 .<br />
De Jerez se dirigió a Sevilla con el propósito de embarcarse para las<br />
Indias, acompañando a un mercader que lo contrató para servirlo duran<strong>te</strong> el viaje,<br />
cuidando el ganado que llevaba. Sevilla era una gran ciudad, de unos cien mil<br />
habitan<strong>te</strong>s de todas las razas y colores. En Sevilla había un florecien<strong>te</strong> comercio.<br />
Estaba en el apogeo de su grandeza y auge comercial, desde que se estableció la<br />
Casa de Contratación en 1504, que centralizó en el puerto el monopolio del<br />
comercio con las Indias. En 1510 se estableció el Consejo de Indias y a él se le<br />
subordinó la Casa de Contratación, que después se conoció con el nombre de<br />
Consejo Real y Supremo de las Indias. Allí esperó la salida de la flota.<br />
5 Meléndez, p. 456.<br />
6 Ib. p. 456.<br />
7 Meléndez, p. 457.<br />
8 Meléndez, p. 458.<br />
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