You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
que <strong>en</strong> la escuela se hable de sus historias familiares, de por qué son<br />
campesinos y cómo construyeron su vida. Quier<strong>en</strong> que les habl<strong>en</strong> de sus<br />
id<strong>en</strong>tidades, sus historias de lucha y organización, con <strong>otra</strong> visión de la<br />
realidad”. El tono de la voz de Tato es fogoso, arrebatado; escuchándolo,<br />
uno experim<strong>en</strong>ta la s<strong>en</strong>sación de que todo es posible; que el hombre,<br />
como ha escrito Dick<strong>en</strong>s, nunca sabe de lo que es capaz hasta que lo<br />
int<strong>en</strong>ta. Recurrirán a los bu<strong>en</strong>os oficios de reconocidos profesionales de la<br />
UBA y de la Universidad Nacional del Comahue. “P<strong>en</strong>samos <strong>en</strong> la<br />
importancia de construir movimi<strong>en</strong>tos verdaderam<strong>en</strong>te democráticos y<br />
autónomos. De promover la mayor horizontalidad posible <strong>en</strong> la toma de<br />
decisiones. Y t<strong>en</strong>er claro que las conducciones deb<strong>en</strong> ser elegidas y<br />
rotativas”.<br />
<strong>La</strong> reunión del profesor trashumante con delegados del MOCASE <strong>está</strong> a<br />
poco de com<strong>en</strong>zar. En una pizarra verde algui<strong>en</strong> ha escrito:<br />
1. Concepción de la vida (hombre, sociedad, cotidianeidad, estado,<br />
valores, tiempo y espacio).<br />
2. Concepciones acerca de una escuela de Formación de Maestros<br />
Campesinos.<br />
3. Finalidades de la escuela de Formación de Maestros Campesinos.<br />
Enci<strong>en</strong>do un cigarrillo y salgo <strong>en</strong> busca del sol, que ahora, mediodía, ha<br />
empezado a <strong>en</strong>tibiar la atmósfera. El aire trae los primeros aromas de la<br />
cabrita asada. Quiero conocer la opinión de Pablo, que durante el diálogo<br />
con Tato ha permanecido <strong>en</strong> sil<strong>en</strong>cio, escuchando todo con suma<br />
at<strong>en</strong>ción. No logra salir del asombro; cree <strong>en</strong>contrarse <strong>en</strong> otro mundo, un<br />
mundo misterioso e ignorado, repleto de vida, de sed de cambio, que le<br />
causa fascinación y una port<strong>en</strong>tosa dosis de nostalgia; de bu<strong>en</strong>a gana<br />
mandaría todas sus obligaciones al demonio y continuaría viaje conmigo a<br />
G<strong>en</strong>eral Mosconi, a Neuquén, al gran Bu<strong>en</strong>os Aires. En el cobertizo nos<br />
chocamos con Mundito. Lo acompaña un hombre viejo y <strong>en</strong>juto, de<br />
sonrisa abierta. “Aquí ti<strong>en</strong>e una bu<strong>en</strong>a historia”, me dice Mundito. “Es don<br />
Raymundo, otro de los fundadores del MOCASE”. Le estrecho la mano y<br />
me pres<strong>en</strong>to. “Estoy a su disposición”, dice con cortesía.<br />
* * *<br />
Yo, por empezar, no sé leer ni escribir. Así que si algunas palabras no las<br />
explico bi<strong>en</strong>, sepa disculparme. Yo nací <strong>en</strong> el veintiocho, al sur de aquí,<br />
cerca de Tacanitas, y de nombre Raymundo Gómez. Mi padre había sido<br />
un hombre muy pobre, trabajaba <strong>en</strong> los obrajes, <strong>en</strong> los montes, <strong>en</strong> Pozo<br />
del Toba, y ahí me crié. Nosotros habíamos sido cuatro varones y tres<br />
mujeres. Vivimos los cuatro varones. <strong>La</strong>s mujeres no viv<strong>en</strong> más. Ahí, <strong>en</strong><br />
mi barrio, el Rincón del Saladillo, vivimos tres y otro vive <strong>en</strong> Toba. Ti<strong>en</strong>e<br />
44