nueva revista de filología hispánica - Aleph Ciencias Sociales

254 YAKOV MALKIEL NRFH, XIII
el rumbo del sufijo. Al triunfar sobre el pálido can el vulgarismo perro
—sobrecargado de acepciones secundarias que seguramente realzaba la -rrtan
expresiva en español y tan estratégicamente colocada en el límite
del radical— y al acuñarse el derivado tardío perruno, esta voz nueva
debió de adquirir súbitamente tanta fuerza que encauzó el desarrollo
subsiguiente de -uno en la dirección del subjetivismo, coloquial y artístico.
La contraprueba de esta hipótesis es que, a partir de 1600, ningún
adjetivo en -uno muestra mayor riqueza de brotes semánticos y morfológicos,
sobre todo en los dialectos peninsulares, que perruno.
En torno a esta nueva palabra-guía, con sus connotaciones de afrenta
y desprecio completamente ajenas a cabruno, se agrupan sin dificultad
aquellos adjetivos, en su mayoría modernos, cuyo primitivo alude ora a
un individuo (quizá ya borruno, y ciertamente amer. pilatuno 40 y boliv.
rochuno), ora a una categoría de personas (fraile, lacayo, rey), ora a una
calidad humana (bobo, amer. paco, chil. roto, etc.). Aquí cabe colocar
los nombres despectivos de los habitantes de ciertos distritos o lugares,
rasgo muy característico de los dialectos andaluz, salmantino y colombiano:
carchuno, charruno; paramuno, valluno; boyacacuno, chaparraluno,
guamuno, mientras los viejos topónimos Osuna, Porcuna, etc. reflejan
un estadio anterior del sufijo. En la capa moderna predomina la nota
de burla y a veces se manifiesta una actitud francamente hostil. Al
principio debió de compartirla moruno, pero más tarde la maurofilia 41
atenuó este resabio de un antagonismo multisecular entre las dos
culturas 42 .
Segundo enfoque: rivalidad con otros sufijos. No es de extrañar
que en la Edad Media -uno casi monopolizara la derivación adjetival
de zoónimos: como en latín el sufijo -1 n u s había ejercido predominio
4 0 La admirable intuición de CUERVO ya le hizo vislumbrar el influjo de perruno
en el americanismo pilatuna (Apuntaciones, § 950).
4 1 G. CIROT, "La maurophilie en Espagne au xvi e siécle", BHi, 40 (1938), 150-157,
281-296, 433-447; 4i (1939)» 6 5"85> 345-354; 42 (1940)» 213-227; 43 (1941), 265-289;
44 (1942), 96-102; 46 (1944), 5-25. La maurofilia moderna llega a su punto culminante
en los recientes ensayos de AMÉRIOO CASTRO. Cf. el último estudio de conjunto
de M. S. CARRASCO URGOITI, El moro de Granada en la literatura (del siglo xv
al xx), Madrid, 1956.
4 2 De acuerdo con el marcado influjo que ejercieron los árabes en la cultura
material y artística de la Península, moruno caracteriza —sin rebajar en absoluto
su calidad— varias clases de telas, tejidos, trajes, armas, objetos de cuero, enseres,
instrumentos (musicales inclusive), p. ej. (al)cabaza, alfanje, cocinilla, guitarra, reja;
entre los guarinos de Cuba, moruno sustantivado se refiere a un calzado rústico.
En fitónimos (especialmente en nombres de plantas útiles) moruno desempeña varias
funciones: subraya la procedencia exótica (a la manera de turco en italiano y en
las lenguas limítrofes), alude al color más oscuro o al tamaño un tanto menor de la
especie, que a veces coincide con la calidad inferior del producto, p. ej. arrayán
moruno 'el de hojas más pequeñas que el común', berenjena moruna (— morada,
catalana) ia de color morado muy oscuro', ¿a & acó moruno [se cría en Europa y en
África] 'se distingue por la fortaleza y lo poco grato del aroma', trigo mor(un)o
[procedente de África] 'algo parecido al fanfarrón, pero más pequeño y más moreno'.
La alusión al color se repite en cabeza moruna 'la del caballo de color claro que la
tiene negra', grupo que por otro lado enlaza con caballo moruno ~ alfaraz. La vitalidad
del adjetivo quedó demostrada cuando el vulgo acuñó, en la segunda mitad
del siglo xix, el término numismático ochavo moruno (cf. el Apéndice) que, a diferencia
del bolivianismo rochuna, no indicaba moneda falsa.