nueva revista de filología hispánica - Aleph Ciencias Sociales

248 YAKOV MALKIEL NRFH, XIII
ansarino 27 , aquilino, asinino, bovino, canino, caprino, cervino, colombino,
corvino, leonino, leporino, lupino, ovino, porcino, serpentino, taurino,
ursino, viperino, vitelino, vulpino 28 .
Este proceso causó toda clase de complicaciones: a veces -ino se oponía
a -uno dentro de la misma familia léxica, provocando una elegante bifurcación
semántica o estilística (bovino-.boyuno, caprino'.cabruno, leporino'.lebruno,
lupino'.lobuno, ovino'.ovejuno, porcino'.porcuno, taurino:
toruno, ursino:osuno). Se produjo una polarización más nítida cuando
los dos sufijos rivales se aliaron con un par de radicales sinónimos (canino
:perr-uno, vulp-ino:rapos-uno o zorr-uno). Rara vez hubo conflicto
entre el nuevo sufijo latinizante y otro, castizo, distinto de -uno, como
en el caso de aquilino'.aguileno o en el de asinino: asnal (los efímeros
aquileño y asnino son típicos ejemplos de hibridismo). Muestran distribución
inequívoca corvino (deriv. de cuervo) frente a corveño 'relativo
a Cuerva, villa de la provincia de Toledo'. Leonino parece que no encontró
contrincante alguno, lo cual seguramente se debe al carácter exótico
de la especie29 . Para resumir: en un cuadro estratigráfico de los sufijos
españoles -uno sigue a -inolt heredado por línea directa del latín
coloquial, pero precede a -ino29 Prerrenacimiento.
sufijo culto introducido a partir del
Tres enfoques del problema de la trayectoria. Teóricamente hay varios
modos de examinar la trayectoria de un sufijo. El método tradicional,
ejemplificado en el campo romance por las pesquisas del joven
Meyer-Lübke (1894), consiste en la operación siguiente: con base en informes
históricos, el investigador comienza por identificar el punto de
arranque (en el caso concreto que estudiamos, aprügnus para el latín,
cabruno y sus congéneres para los romances); luego, siguiendo
la norma cronológica, muestra cómo el elemento gana importancia, aliándose,
mediante un juego sutil de asociaciones ante todo semánticas, con
un grupo tras otro de radicales, hasta que llega a plena madurez, es
decir, a la extensión máxima de su gama, de ordinario para empezar
muy pronto a perder terreno ante el ímpetu de nuevos elementos dota-
2 7 Usado como adjetivo, ansarino (que en rigor, para amoldarse con toda fidelidad
a su prototipo, debería ser *anserino) parece latinismo; como sustantivo ('pollo de
ánsar'), enlaza con las formaciones decididamente patrimoniales anadino, cigoñino,
gorrino, palomino, pollino, zorrino, con algunas de las cuales ya GAMILLSCHEG, en
1928, equiparó cebollino 'simiente de cebolla'.
2 8 En este sector del léxico abundan las formaciones estereotipadas, como hambre,
lengua, letra o raza canina (también diente canino), pie columbino, verso leonino
(de Leonius), labio leporino, uva lupina, raza porcina, mármol serpentino (también
lengua serpentina), branca ursina, lengua viperina, bilis vitelina.
2 9 Por el mismo motivo faltan adjetivos de camello y leopardo (a pesar de haber
existido modelos latinos fáciles de imitar) y, desde luego, de gran número de zoónimos
basados en idiomas exóticos (gorila, jaguar). Escasean derivados de palabras compuestas
o ya provistas de sufijo, p. ej. comadreja, murciélago