nueva revista de filología hispánica - Aleph Ciencias Sociales

258 YAKOV MALKIEL NRFH, XIII
nios que fueron testigos de la extensión de -uno, el sufijo -ucho se haya
fortalecido por el influjo de varios italianismos? 50
Todavía nos ocupará la variante dialectal -uño, generalmente moderna
(los primeros ejemplos se remontan al siglo xvi). Conste por anticipado
que la produjo un juego de fuerzas heterogéneas, una de ellas
la vieja rivalidad de -ano y -año (campana ,— campaña, peana.— peaña 51 )
reforzada por la infiltración de galleguismos en -iño < -1 n u (como morriña
52 ) y la súbita proliferación de -eño < -í n e u, sumergido o inmovilizado
durante toda la Edad Media 5 3 . Volvemos a observar una especie
de convergencia gradual de elementos bastante dispares; una vez que se
establece un nuevo grupo (-año / -eño / -iño), no tarda en surgir una
ligera demanda de miembros complementarios como -uño, sobre todo
si dicha presión coincide con otras que la refuerzan.
Relaciones entre radical y sufijo. Un rasgo muy notable de las noventa
formaciones que examinamos es la casi perfecta nitidez de los contornos
de radical y sufijo, si bien unos pocos primitivos suscitan problemas
etimológicos (p. ej. lacayo 54 ). Pero el engranaje de los dos morfemas
—tan delicado en la historia de otros sufijos— aquí casi nunca presenta
dificultad, ni en el plano de la forma, ni en el (más vago) del
significado. El límite entre radical y sufijo está trazado con toda claridad;
y la forma "ligada" del radical que se obtiene sustrayendo -uno
es en general la misma que figura en otros derivados (p. ej. conej-)
y no se aleja demasiado de la forma "libre" que registran los diccionarios
(p. ej. conejo). En cuanto a la semántica, algunos adjetivos han
desarrollado matices figurados (p. ej. gatuno y toruno), pero sin perder
por eso su significado primario, de modo que el lazo entre sustantivo
y derivado adjetival nunca se afloja o se rompe.
Sin embargo, ocasionalmente surgen complicaciones. A la par de
boyuno, perfectamente regular (boy- átono), ha dejado huellas la variante
anómala buey uno, con generalización de la forma más familiar (bueytónico).
En alguno que otro caso, la homofonía fortuita de dos radicales
produce equívocos momentáneos. Es probable que borruno, voz predilecta
de Juan Alfonso de Baena, encierre el retruécano más antiguo
(Borra, nombre de un bufón, y borro 'borrego'). Hombr-uno se refiere
siempre, y en contexto muy especial, a hombre, pero quien está poco
acostumbrado a la voz puede dudar un instante de si es satélite de
hombre o de hombro. Es fácil que Cervantes, al evocar el "olorzillo algo
hombruno" de la supuesta Dulcinea (I, 31), haya sacado partido de esta
ambigüedad. No falta algún ejemplo raro de interfijo 55 , como en col.
5 0 Cf. "The two sources of the Hispanic suffix -azo, -ago", Lan, 35 (1959), 193-
258, especialmente 2,15-224.
5 1 Cf. "The Romance progeny of Latin pedáneas"', AGIt, 36 (1951), 49-74-
5 3 "Español morir, portugués morrer, con un examen de esmirriado, morriña,
murria y modorra", BHi, 57 (1955), 84-128, en especial 107-112. El equivalente español
morriña ha sobrevivido en Andalucía; cf. berc. amorriñarse.
5 3 "The Latin base of the Spanish suffix -eño", A], 65 (1944), 372-381.
5 4 La conjetura que menciono en mi artículo anterior (p. 32), entre paréntesis
y en forma interrogativa, es seguramente incorrecta. Lacayo procede del dominio
navarrovasco, no del hispanoárabe.
5 5 Para la definición y discusión de este concepto, cf. "Los interfijos hispánicos;
problema de lingüística histórica y estructural", HAM, 2 (1958), 107-199.