Retos y Dilemas de la Representación Política - Informe sobre ...

son ejemplos que se deben reflexionar en el país. No obstante, quienes tienen que pensar
más en esos temas son nuestros partidos políticos, pues están obligados a realizar una
crítica más profunda de sus respectivas conductas, dado que están conduciendo a amasar
actitudes anti-partido en el país.
Hasta hoy, los partidos parecen no haber tomado conciencia de la crítica que se
realiza sobre ellos ni haber comprendido que quienes ponen en más peligro a la democracia
son ellos mismos al mantener sus actitudes prebendales, patrimonialistas y clientelares.
Aunque la crítica y la autocrítica no son costumbres nacionales, hoy en día son más
necesarias que nunca, y son los partidos quienes deberían tomar conciencia de esa
necesidad.
Que la población posea una mirada crítica sobre la conducta de los partidos no
debería inducir a cerrar los ojos respecto de los aportes que han hecho las organizaciones
partidarias para edificar la democracia que hoy poseemos. En este campo, el trabajo de
Tapia es demasiado parco, es más, da la impresión de que el texto se propone pensar cómo
podrían recuperar fuerza y posiciones en la política aquellas instituciones corporativas que
representaban a los movimientos sociales o cuáles deberían ser los poros por los que las
organizaciones de izquierda o de tipo popular, recuperen presencia en una política, que no
siempre se base en los parámetros de reforzamiento de la democracia representativa y la
creación de ciudadanía.
Puede decirse que la visión de Tapia es contestataria al sistema y por eso no apoya a
la democracia representativa. La construcción de ésta ha ido a la par del crecimiento del
centrismo en la política, que tiende a eliminar los polos y las visiones que enfrentaban a
izquierda y derecha. En efecto, si esa situación ha marcado la evolución de la política de
estos 20 años, no por ello el autor que comentamos, entiende que ésa deba ser la única
realidad que haya que aceptar. Más bien intenta recrear los conceptos de izquierda y
derecha para saber quiénes están más cerca de qué posiciones y, claro está, él mismo toma
partido analítico por quienes están más próximos a la izquierda o se acercan más a los
movimientos sociales.
De hecho, se podría decir que la preocupación de Tapia es ubicar qué espacios
podrían cultivar los sectores progresistas para no ser deglutidos por el “institucionalismo” de
la democracia representativa o para no dejar que sólo los partidos “sistémicos” monopolicen
la representación política. Así pues, su análisis pretende reivindicar a las organizaciones
políticas que se acercan más a los movimientos sociales. Ese sería el caso de la Asamblea
por la Soberanía de los Pueblos (ASP), que representa una identidad concreta y explícita, la
de los cocaleros o su sindicalismo. La ASP se presenta bajo una envoltura doble, sindical y
partidaria. Además Tapia no deja de mostrar simpatía por Conciencia de Patria
(CONDEPA), que no sólo representaría a algunos grupos de marginados, sino que
expresaría códigos culturales de reforzamiento de la diversidad social. No obstante, para el
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