Desinfección Solar del Agua - Sodis

Maxi es mini en su casa
Testimonio de Martin Wegelin, SANDEC
En el camino a Ende, Indonesia, disfruté el hermoso
paisaje lleno de colinas cerca a Maumere. Petrus
manejaba el carro del proyecto y con nosotros iba Pius,
el responsable del proyecto SODIS en Flores. Nos
dirigíamos a la escuela de Kimang Buleng, donde 2
meses atrás la ONG local Yayasan Dian Desa (YDD)
había presentado el método SODIS a los profesores y a
los 138 alumnos. Estacionamos el carro bajo la sombra
de un árbol y notamos que todos los profesores
estaban ocupados dictando clases. No habíamos
anunciado nuestra visita, pero, a pesar de ello, pronto
nos saludó uno de los profesores, quien nos llevó a la
oficina del director. Después de intercambiar algunas
formalidades, se nos permitió visitar las instalaciones de
la escuela. Petrus descubrió un pequeño grifo, la fuente
de agua de la escuela. Abrió el grifo pero no salió agua.
Uno de los profesores nos informó que el
abastecimiento de agua no era permanente sino que
generalmente el agua llegaba ya avanzada la mañana.
Entretanto, nuestro grupo se encontró rodeado por los
niños de la escuela, emocionados y curiosos. Le pedí a
un niño pequeño que se encontraba delante, llamado
Maxi, que nos trajera una botella de SODIS de la oficina
del director. Él orgullosamente se fué corriendo y pronto
regresó con una botella llena. Junto con los profesores
bebimos un poco del agua tratada con el método
SODIS que sabía muy bien. Sin embargo, mi interés no
se centraba tanto en el agua tratada sino en los
resultados de la difusión de SODIS. Las escuelas tienen
la ventaja de tener estructuras organizativas definidas
con el director, los profesores y los alumnos y, por ello
YDD había decidido usar las escuela como punto de
entrada de su campaña de promoción de SODIS. Se
capacitaba a profesores y alumnos en el uso del nuevo
método de tratamiento del agua con el fin de que los
niños introdujeran SODIS en casa.
Por lo tanto, le pedí a Maxi, ese pequeño vivaracho, que
se sentara junto a mí en el suelo y le ofrecí un poco de
agua tratada con SODIS. Él aceptó con gran orgullo mi
ofrecimiento y llenó cuidadosamente un vaso con agua.
Maxi estaba consciente de que la atención de todos sus
compañeros estaba centrada ahora en él. Empezamos
nuestra conversación y me dijo que vivía con sus
padres y 4 hermanos a una media hora del colegio a
pie. Cuando le pregunté si también usaba sus dos
botellas de SODIS en casa, se avergonzó. Él era el
menor de la familia y no lo tomaban muy en serio.
Cuando le contó a su familia sobre SODIS, les había
resultado difícil entender cómo la luz del sol podría
mejorar la calidad del agua. No habían tomado atención
al consejo de Maxi de usar botellas de plástico para
preparar el agua para su consumo. En consecuencia, él
no había insistido en introducir la nueva idea, sino que
dejó a un lado las botellas y, por lo tanto, en su casa no
usaban SODIS.
Maxi es mini en casa. Generalmente, los niños tienen
que obedecer a su padres y tienen que defender su
posición en la familia. Al igual que Maxi, los más
pequeños tienen un rol difícil en la familia. Sin
embargo, la ruta de comunicación desde las escuelas
hasta las familias es también bastante larga. No toda la
información pasa correctamente al siguiente nivel. En
consecuencia, los proyectos de difusión pueden no
producir los resultados esperados. Sin embargo, YDD
también observó que las niñas de la escuela tenían
más éxito en introducir SODIS en sus casas. La
sociedad atribuye roles de género desde la niñez: las
niñas, al igual que las mujeres, son las responsables de
la recolección y preparación del agua en la casa.
Maxi, alumno de primaria, llena orgullosamente un vaso con agua
tratada con el método SODIS. Indonesia.
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