El domingo.pdf - Editorial Sal Terrae
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12 EL DOMINGO, FIESTA DEL ENCUENTRO<br />
mos «los inmigrantes»). En una sociedad que carecía aún<br />
de garantías sociales y sindicales, el Mandamiento representaba<br />
una tutela de los derechos de las categorías más débiles,<br />
de los «sin dignidad», de los «sin derechos». Todos<br />
recuperan su propio rostro humano.<br />
Por otro lado, sanciona el principio de la igualdad fundamental<br />
entre las personas. Incluso los animales tienen derecho<br />
al descanso. Y hay que admitir que, en este punto, durante<br />
mucho tiempo se ha hecho caso omiso del Mandamiento,<br />
incluso en el ámbito cristiano 7 . <strong>El</strong> Mandamiento<br />
denota una gran atención a todos los seres vivos.<br />
Con todo, si recorremos el elenco («No harás ningún<br />
trabajo, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva,<br />
ni tu buey, ni tu asno, ni ninguna de tus bestias, ni el forastero<br />
que vive en tus ciudades...»: Dt 5,14), advertimos que<br />
hay una ausencia preocupante: no se nombra a la mujer, lo<br />
cual es un detalle que revela, en este texto, una mentalidad<br />
machista.<br />
No obstante, hay que reconocer que, al menos en la praxis<br />
judía del Sábado, se llena este vacío, se remedia esta fal-<br />
7. La acusación de Schopenhauer a este respecto es bastante dura: «Un<br />
error fundamental y absolutamente inexplicable del cristianismo es que<br />
ha separado al hombre del mundo de los animales, al que pertenece,<br />
dando valor exclusivamente al hombre y considerando a los animales<br />
como cosas». He aquí el comentario de Enzo BIANCHI: «<strong>El</strong> juicio de<br />
Schopenhauer tiene que ser matizado, pero pone el dedo en un problema<br />
mencionado con frecuencia: el antropocentrismo exasperado del<br />
cristianismo, que habría implicado también la reducción del mundo de<br />
la naturaleza y de los animales a una posición de mera funcionalidad con<br />
respecto a las necesidades del hombre [...]. Ahora bien, la lectura de los<br />
textos bíblicos muestra claramente el aspecto de co-creaturalidad entre<br />
hombres y animales, es decir, el hecho de que justamente los animales<br />
fueron creados como “compañeros” primeros del hombre, el cual aparece,<br />
por consiguiente, puesto en una relación significativa con ellos e incluso<br />
asimilado a ellos por la bendición del sexto día (Gn 1,24-31), y<br />
que se humaniza también a través de la relación y la solidaridad con los<br />
animales» (Altrimenti. Credere e narrare il Dio dei cristiani, Piemme,<br />
Casale Monferrato 1998, pp. 47-48).