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16 EL DOMINGO, FIESTA DEL ENCUENTRO
El mundo futuro es el mundo sin trabajo, sin desigualdades
ni discriminaciones, sin alienaciones, sin explotación
del hombre por el hombre, sin ley de la jungla...
El Sábado, pues, como «muestra» de la gloria y de la felicidad
futuras, anticipación del más allá, pregustación de la
vida en el mundo «futuro».
«“Porque soy yo, el Señor, quien os santifica” (Ex
31,13): se refiere al mundo futuro, que se caracteriza por la
misma santidad que el Sábado en este mundo. De este modo
aprendemos que el Sábado participa de la misma santidad
que el mundo futuro. Es lo que la Escritura dice en otro
lugar: “Salmo, cántico para el día del sábado” (Sal 92,1),
es decir, para el mundo que será todo él un sábado»
(Mekilta a Éxodo 31,13).
La familia israelita, reunida alrededor de la mesa, ora:
«El Misericordioso nos haga llegar a un mundo enteramente
Sábado».
Acordarse del futuro significa acordarse de lo invisible,
de lo que no somos todavía, de lo que no vemos todavía,
pero hacia lo cual nos encaminamos.
En suma, el Sábado tiene una fuerte connotación
escatológica.
El descanso de la tierra
También la tierra tiene que descansar. Hay que «cesar» de
explotar (y, sobre todo, saquear, depredar) la tierra más allá
de los límites razonables, concederle un descanso oportuno,
conservar sus recursos para quienes vengan después de
nosotros.
En este sentido se puede interpretar también el «acuérdate
del futuro». Es decir, acuérdate de que la tierra deberá
existir también después de ti; por lo tanto, no la agotes, no
la despojes, no la vacíes como hacen los ladrones con una
caja fuerte, sino consérvala también para las generaciones