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40.qxd 8/12/<strong>2004</strong> 10:11 AM Page 68<br />
PAGINA 68 | DOSSIER HISTÓRICO<br />
<strong>de</strong>spectivos que se ponen unos y otros en su<br />
oposición, actitud snob extranjerizante versus<br />
actitud folklórica.<br />
Polarizadas así las cosas, si uno habla <strong>de</strong> que<br />
el artista está en relación con su medio y <strong>de</strong>terminado<br />
por éste, inmediatamente es clasificado<br />
como nacionalista; si uno dice en cambio que<br />
<strong>de</strong>bemos entrar en el proceso creador <strong>de</strong>l arte<br />
mundial se nos toma como extranjerizantes.<br />
Vivir un proceso cultural resulta, entonces, <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
una <strong>de</strong>terminada perspectiva, ante todo, información,<br />
mucha información, tener las puertas<br />
abiertas al mundo. Hablar en francés, hablar<br />
en inglés, pintar en francés, pintar, ahora,<br />
en americano, pero americano <strong>de</strong> USA.<br />
Se supone una cultura heredada y no una por<br />
hacer. Nosotros estamos emplazados <strong>de</strong>ntro<br />
<strong>de</strong>l mundo occi<strong>de</strong>ntal y la tradición occi<strong>de</strong>ntal<br />
es la nuestra. Europa es la rectora <strong>de</strong> nuestro<br />
mundo occi<strong>de</strong>ntal. En cierto modo nosotros<br />
somos Europa, se razona. Este argumento se<br />
solidifica todavía con el hecho <strong>de</strong> que nuestro<br />
país es fundamentalmente un país inmigratorio.<br />
Con todos estos razonamientos, muy ciertos,<br />
resulta tristemente que somos europeos fuera<br />
<strong>de</strong> contexto y sudamericanos que no llegamos<br />
a serlo y que queriendo vivir al día vivimos al<br />
día siguiente <strong>de</strong> los que viven al día. Nosotros<br />
no <strong>de</strong>terminamos nuestros días culturales sino<br />
que éstos están <strong>de</strong>terminados. Para nosotros,<br />
vivir al día es, en el mejor <strong>de</strong> los casos, vivir un<br />
día <strong>de</strong>spués. Es así que la gran parte <strong>de</strong> nuestros<br />
artistas se notifican <strong>de</strong> un movimiento y se<br />
ponen a hacerlo en réplica, a canalizar sus<br />
mundos particulares <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una forma <strong>de</strong><br />
expresión en el mismo momento que ésta finaliza<br />
su formulación teórica en el campo internacional,<br />
o sea, en el mismo momento en que entra<br />
a ser pasado.<br />
En frente se hallan quienes <strong>de</strong>fien<strong>de</strong>n nuestras<br />
tradiciones y miran hacia el país en torno, a su<br />
realidad. Postura muy cierta y muy necesaria<br />
pero que finaliza cambiando París por gaucho en<br />
una tonta imagen <strong>de</strong> almanaque o en una ingenua<br />
i<strong>de</strong>alización <strong>de</strong>l indígena, aquí en Buenos<br />
Aires, don<strong>de</strong> no existen o en una apelación<br />
sentimental a la problemática <strong>de</strong> la miseria o<br />
<strong>de</strong> la lucha <strong>de</strong> las masas.<br />
El artista no testimonia así otra cosa que el<br />
sub<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> su contexto, el sub<strong>de</strong>sarrollo<br />
económico y social con un lenguaje vivo testimonio<br />
<strong>de</strong>l sub<strong>de</strong>sarrollo cultural, <strong>de</strong> mala aca<strong>de</strong>mia<br />
o <strong>de</strong> tonta estilización. No siguen a lo<br />
europeo pero aplican una visión elaborada<br />
también allí, salvo que hace mucho, a una temática<br />
localista. Aún en el caso <strong>de</strong> que se elabore<br />
una imagen <strong>de</strong> cierta autenticidad y fuerza es<br />
una imagen que no sirve a la necesidad <strong>de</strong>l<br />
proceso cultural nuestro, ya que éste no <strong>de</strong>be<br />
ser otra cosa que una posibilidad en <strong>de</strong>sarrollo.<br />
No se pue<strong>de</strong> cambiar una imagen estereotipada<br />
por el <strong>de</strong>venir mismo <strong>de</strong> la búsqueda artística.<br />
¿Para qué nos sirve una imagen <strong>de</strong> algo<br />
nuestro, cierta o no, pero que está al margen<br />
<strong>de</strong>l proceso cultural y sin perspectivas?<br />
Porque no será una imagen <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> lo que<br />
comúnmente se entien<strong>de</strong> por tal la que nos<br />
ubique <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un proceso cultural. No será<br />
tampoco un amaneramiento ni una pequeña<br />
variante <strong>de</strong> las formas <strong>de</strong> ver conocidas. Una<br />
imagen no es más que una pequeña variante si<br />
por imagen se entien<strong>de</strong> una proyección particular,<br />
una esquematización <strong>de</strong> algo genérico.<br />
No. Las únicas reales imágenes son las que<br />
nos revelan algo nuevo, y esto nuevo no es una<br />
visión <strong>de</strong> lo folklórico, sino, en todo caso, una<br />
folklórica visión <strong>de</strong>l mundo.<br />
Pero aclaro. No se trata <strong>de</strong> buscar una folklórica<br />
visión <strong>de</strong>l mundo sino la posibilidad <strong>de</strong> una<br />
revelación nueva.<br />
Detrás <strong>de</strong> esta polarización, actitud nacional<br />
versus actitud <strong>de</strong> vanguardia, existe el hecho<br />
cierto, ya indicado, <strong>de</strong> que el artista está emplazado<br />
en un lugar y vive en un tiempo. Vive el<br />
tiempo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su lugar y el lugar <strong>de</strong> acuerdo<br />
con su tiempo. A veces polemiza con su lugar<br />
teniendo en cuenta a su tiempo, y, otras, a su<br />
tiempo teniendo en cuenta la <strong>de</strong>terminante <strong>de</strong><br />
su lugar. Extremar en dos actitu<strong>de</strong>s opuestas al<br />
tiempo y al lugar no tiene sentido. Vivimos divi