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sólo el territorio tomado por Israel, sino<br />
también todo lo que alguna vez fue parte<br />
del mundo árabe. Radicales, violentos y<br />
con la certeza de que el diálogo no es<br />
más que una pérdida de tiempo, Hamás<br />
ha conseguido el apoyo de los palestinos<br />
por una sola razón: es lo único que<br />
les queda. Son refugiados que dependen<br />
exclusivamente de la ayuda humanitaria<br />
que les hace llegar el propio Israel, y en<br />
situaciones desesperadas siempre surgen<br />
movimientos radicales como ese.<br />
Pero Hamás no es un ejército fuerte y<br />
bien formado, sino que utiliza los únicos<br />
medios que tiene a su alcance fabricando<br />
misiles caseros que rara vez hacen<br />
blanco, pero que demuestran que son<br />
imparables. Hay atentados suicidas inspirados<br />
por la fe en el Corán y la idea<br />
de que, como dijeron los fundadores del<br />
partido, los palestinos conocen el camino<br />
del sacrificio y el martirio. Algo que se<br />
han encargado de demostrar en numerosas<br />
ocasiones.<br />
En la década de los 2000, en pleno debate<br />
sobre el futuro de Jerusalén y con la<br />
sensación de estar siendo ninguneados<br />
en las negociaciones, lo que hizo que el<br />
pueblo palestino tomase las armas fue<br />
un simple paseo, el de Ariel Sharón a<br />
la Explanada de las Mezquitas. Con su<br />
presencia quería dejar claro que esa<br />
zona pertenecía por derecho a Israel, y<br />
sus palabras ocasionaron un río de sangre<br />
que fluyó durante cinco años y causó<br />
nada menos que cinco mil muertos.<br />
El conflicto dejó imágenes imborrables<br />
como la del padre que protegía a su hijo<br />
de doce años tras verse atrapados en<br />
un fuego cruzado, y que morían frente<br />
a las cámaras de los periodistas, quienes<br />
no podían hacer otra cosa salvo filmar.<br />
Pero también destruyó el proceso<br />
de paz y nos condenó a una década y<br />
media de violencia sanguinaria en la que<br />
por primera vez la televisión e Internet<br />
pondrían nombres a la tragedia, y caras<br />
a los muertos.<br />
El Margen Protector<br />
A pesar de que el mundo occidental parece<br />
vivir cómodamente en la ignorancia,<br />
insensibles ante un conflicto armado<br />
en la otra parte del planeta del que sabemos<br />
poco o nada, lo cierto es que la<br />
gente sufre y muere en Gaza continuamente.<br />
El clima de tensión ha fortalecido<br />
a Hamás, venciendo en las elecciones<br />
y haciéndose con el control político de<br />
la Franja y llevando sus acciones hacia<br />
terrenos cada vez más radicales. Su<br />
comportamiento de guerrilla y el ensalzamiento<br />
de los mártires vienen de la<br />
mano con torturas, atentados y todo tipo<br />
de comportamientos violentos hacia su<br />
propio pueblo, pero lo cierto es que nadie<br />
ha dado más poder a Hamás que el<br />
propio Israel, quienes con sus ataques y<br />
misiles han fortalecido la semilla del odio<br />
entre una población desamparada que<br />
recurre a lo que sea para defenderse de<br />
las agresiones.<br />
En Junio de este año, tres adolescentes<br />
israelíes fueron secuestrados y asesinados<br />
en Cisjordania y rápidamente las<br />
autoridades acusaron a Hamás como