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muestrario de criaturas fantásticas.<br />
Es así como llegamos a 1963, fecha de<br />
estreno de “JASÓN Y LOS ARGONAUTAS”,<br />
sin lugar a dudas el título más emblemático<br />
y recordado de la filmografía de Harryhausen,<br />
oda a las películas legendarias,<br />
esta libre adaptación de un episodio de la<br />
mitología griega, es de esos trabajos que<br />
hacen participe al espectador, como si de<br />
un tripulante más del navío “Argos” se tratara,<br />
en la búsqueda del mítico Vellocino<br />
de Oro.<br />
Quizá lo mejor que se pueda decir del<br />
film, plagado de momentos impagables,<br />
entre los que se cuentan la aparición inolvidable<br />
del gigante de metal Talos, o las<br />
insidiosas arpías, y que culminan en siete<br />
guardianes de hueso deslumbrantes,<br />
es que, después de cuarenta años, sigue<br />
mostrándose como una pieza de artesanía<br />
insuperable, y como una inagotable fuente<br />
de inspiración para las generaciones<br />
posteriores.<br />
“Es cierto que algunas secuencias salen<br />
mejor de lo que habías pensado, y se convierten<br />
en iconos por lo bien que han funcionado”<br />
Al mismo tiempo que los Argonautas surcaban<br />
los mares, el maestro se ocupaba<br />
de los F/X de “LA GRAN SORPRESA”<br />
(1964), un film menor, basado en una novela<br />
de H.G. Wells, que diserta de manera<br />
ingenua sobre la posibilidad de la existencia<br />
de una raza extraterrestre habitando<br />
La Luna, casi a las puertas de la conquista<br />
real del satélite por parte de la NASA.<br />
Mayor alcance supuso “HACE UN MILLÓN<br />
DE AÑOS” (1966), uno de los mayores éxitos<br />
de la mítica productora británica Hammer,<br />
filmada en las Islas Canarias a mayor<br />
gloria de Raquel Welch y su inolvidable y<br />
mínimo bikini de piel. Con un argumento<br />
imposible, que mezcla dinosaurios con seres<br />
humanos en una prehistoria inventada,<br />
la cinta mantiene el encanto naif de la<br />
época y el trabajo de Harryhausen es de<br />
esos que merecen ser catalogados como<br />
realmente memorable.<br />
Aprovechando el tirón de ese millón de<br />
años, tres años después llega “EL VALLE<br />
DE GWANGI” (1969), otro film de dinosaurios,<br />
que se desarrolla en nuestro tiempo,<br />
y que también está rodado en nuestro<br />
país, concretamente en El Desierto de<br />
Tabernas de Almería. En pleno auge de El<br />
Spaghetti Western, la fantasía prehistórica<br />
se encuentra con el cine de vaqueros,<br />
en un guión cuya idea original pertenece a<br />
Willis O’Brien, recuperando el efecto King<br />
Kong, y el gusto por el casi exclusivo protagonismo<br />
de una sola criatura, a través<br />
de la figura de ese Alosaurio que da nombre<br />
a la película.<br />
Camino de la despedida, Ray Harryhausen<br />
exprime uno de sus vehículos de éxito,<br />
dos nuevas entregas de uno de los personajes<br />
más reconocibles en el cine de<br />
aventuras, así, “EL VIAJE FANTÁSTICO DE<br />
SIMBAD” (1974) y “SIMBAD Y EL OJO DEL<br />
TIGRE” (1978), permiten al maestro generar<br />
un buen puñado de monstruos para<br />
el recuerdo, justo antes de claudicar con