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¿Quiénes somos?
por una situación mucho más ordenada en la configuración derecha. Ciertos
materiales fueron concentrados en regiones particulares, originando estructuras plenas
de simetría (hojas, flores, etcétera). Si consideramos además el orden microscópico
generado, en la forma de proteínas, ácidos nucleicos y muchas otras moléculas, se
antoja extraordinario el contraste entre las dos configuraciones del mismo material
(la campana transparente impidió la entrada y salida de otras sustancias).
¿Cuál fue el agente activo en este proceso? La intuición indica que la semilla
resulta demasiado pequeña para producir por sí sola los flujos de materia requeridos.
Por esta ocasión la intuición no nos falla, y en la Figura 2 se aclara el misterio: la
imagen anterior estaba incompleta, pues faltaba añadir la radiación solar. La planta
no existiría si la campana impidiera el paso de la luz a su interior. La luz incidió sobre
la maceta con una configuración inicial distinta de aquella con la que fue reemitida. La
luz solar incidente es unidireccional y contiene gran parte de su energía concentrada
en frecuencias altas (la región visible y ultravioleta), mientras que la emitida por
la maceta es difusa y distribuye buena parte de su energía en un amplio rango de
frecuencias bajas (en la zona infrarroja, que resulta invisible para el ojo humano).
Luz solar
Calor
Calor
Figura 2
Esta redistribución de la energía es la clave de (casi) todo, pues implica que la
radiación emitida está más desordenada que la incidente, según una definición de
orden que no discutiremos en detalle aquí.
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