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Ecología cósmica
Esta posibilidad ha sido explorada en novelas y películas. Al finalizar la
Primera Guerra Mundial, el novelista inglés H. G. Wells escribió su obra La guerra
de los mundos, en la que explora un escenario de cooperación entre las potencias
terrestres para enfrentar un enemigo común proveniente del espacio.
Se ha examinado además la posibilidad de que los habitantes del ecosistema
universal tengan secretamente una relación cotidiana con nosotros, en películas
como Los hombres de negro y en series televisivas como Los expedientes X. También
se ha buscado la huella de extraterrestres en aquellos rastros humanos que se antojan
superlativos como las pirámides de Egipto, las figuras gigantescas trazadas en el
Valle de Nazca en Perú, las ruinas de Stonehenge en Inglaterra, etcétera.
Otra posibilidad inquietante es que estemos sujetos a una lluvia intermitente
de bacterias provenientes del espacio exterior que explicarían, según varios investigadores,
la emergencia súbita de algunas de las peores epidemias de la historia. El
astrofísico Hoyle sugirió que la explosión de diversidad biológica a partir del periodo
Cámbrico, que tuvo lugar hace cerca de 600 millones de años, y la evolución biológica
subsecuente, provienen de un influjo bacteriano de este tipo.
Búsqueda
La concepción de un ecosistema universal ha cobrado gradualmente respetabilidad
durante el pasado medio siglo, especialmente por la contribución de científicos como
Fred Hoyle y de personajes como Carl Sagan. Las agencias que financian proyectos
de investigación muestran cierta apertura hacia propuestas del género, y los principales
observatorios astronómicos del mundo destinan parte de su tiempo de observación
al registro y el análisis de radiación electromagnética, en busca de señales contenidas
en ellas. Esta monitorización se ha extendido a todos los voluntarios que deseen
contribuir al proyecto analizando datos electromagnéticos con sus computadoras. El
domicilio electrónico para registrarse como voluntario y recibir datos y herramientas de
análisis es: SETI@Home.
¿Qué ha buscado desde siempre nuestra especie más allá de su entorno
terrestre? Una motivación práctica es que nuestro “patio trasero”, el espacio circundante,
es tan inmenso que simplemente no puede ignorarse, pues constituye una fuente
potencial de oportunidades y peligros.
Empero, esta razón práctica de exploración es quizá el resultado de una razón
pura, que nace de un sentimiento de soledad existencial ante la vastedad del cosmos,
y ante el carácter impersonal e implacable del mecanismo de selección natural.
La indagación no será simple. Aun el inocente mensaje de Carl Sagan en la
sonda Pioneer 1 provocó protestas en varias partes del mundo, porque sus siluetas
humanas incluían los genitales. Algún periódico publicó las siluetas cubriendo su
“impudicia”, y otro más acusó a Sagan de desperdiciar recursos públicos enviando
“obscenidades” al espacio.
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