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Asociación Económica Hispano-Suiza
Almuerzo-coloquio del 6 de mayo en Barcelona
Discurso de Joan Clos, alcalde de Barcelona
Barcelona, ciudad estratégica
del arco mediterráneo
Por ALEJANDRO CAMPOS FISCHER - Presidente AEHS
el pasado 6 de mayo,
la Asociación Económica
Hispano-
Suiza celebró un
almuerzo-coloquio en el hotel
Princesa Sofía de Barcelona en
el que el alcalde Joan Clos habló
de Barcelona como ciudad estratégica
del arco mediterráneo.
El primer edil abrió su discurso
contando que le habían
dicho que el Consulado General
de Suiza en Barcelona se creó
antes que la embajada en Madrid,
y afirmó que ése no era un
hecho aislado sino que respondía
a necesidades comerciales,
de apoyo a los intercambios que
se estaban produciendo. Por
ejemplo, es similar el caso del
Consulado General de América,
que servía al tráfico de aguardiente
hacia Nueva Orleans,
donde se cargaba algodón para
la industria textil de Cataluña.
El Consulado helvético, o su
antecedente histórico, responde
a una anécdota precisa: era
muy difícil cobrar las exportaciones
de tecnología suiza, porque
las instituciones catalanas
estaban en una situación de
quiebra permanente. El Consulado
intentaba cobrar a pesar
de todo. Clos afirmó, bromeando,
que «seguramente debieron
cobrar solamente el 60% pero
nació una gran amistad».
Antes de la expansión industrial
del siglo XIX, el arco mediterráneo
estaba sumido en la
pobreza, por la falta de recursos
naturales, especialmente hídricos.
Esto se supera, en el caso
de Barcelona, con la pujanza
industrial, que permite la expansión
de la ciudad con el Ensanche,
trazado por el ingeniero
Ildefons Cerdà a partir de la segunda
mitad del siglo XIX. Hasta
ese momento, Barcelona era
Armin Ritz, Joan Clos y Alejandro Campos en un momento del almuerzo.
una ciudad amurallada y con la
prohibición de construir en el
espacio que determinaba un tiro
de cañón alrededor de la muralla.
El Ensanche, así, creció
sobre un terreno prácticamente
vacío hasta tocar los límites
de los municipios vecinos, hoy
barrios de Barcelona.
Esta construcción se hace, por
la época, en estilo modernista,
que es una arquitectura exhuberante,
llena de motivos vegetales,
equivalente al art nouveau
y otras corrientes similares europeas.
Este estilo contrasta con
el racionalismo del Plan del Ensanche,
que buscaba un urbanismo
ordenado e igualitario.
Esto refleja el carácter catalán,
que bascula entre el seny y la
rauxa. Es una época presidida
por la moral católica, pero sacudida
por constantes quemas
de conventos; el anticlericalismo
estaba fomentado por la
presencia masiva de instituciones
religiosas, muy influyentes
y conservadoras.
Barcelona se convierte en una
ciudad cosmopolita y culta. Es
también una ciudad bilingüe. Y
es una ciudad que acoge a viajeros
y a residentes de toda Europa,
también suizos. Por
ejemplo, hay en los alrededores
de Barcelona tres bodegas con
orígenes suizos. Esta ciudad se
renueva urbanísticamente, abre
espacios públicos. Es también
la ciudad de los intercambios comerciales,
de la prudencia de
sus comerciantes.
Hoy se vive un proceso de
transformación. Se ha gestionado
bien la transición de la
población manufacturera a la
urbe posindustrial. Es importante
que las ciudades que han
tenido momentos de auge en el
pasado se planteen con cuidado
su futuro. Y la industria del
siglo XXI es el conocimiento.
Los suizos han participado de
los procesos de cambio en Barcelona
a lo largo del siglo XX y
es importante que participen
en el momento actual.
Cataluña ha entrado a formar
parte del Euro-Bio-Cluster
del sur de Europa, que se acaba
de constituir. Es una red de
ciudades y regiones que reúnen
centros de investigación, parques
tecnológicos, 24 universidades
y 300 empresas dedicadas
a la biomedicina y a la biotecnología,
que representan el 50%
de la bioinvestigación que se
hace hoy en Europa.
No se trata de un movimiento
improvisado, casual ni sorprendente.
Barcelona cuenta en el
campo de la biomedicina, y contará
aún más cuando entre en
funcionamiento el Centre de
Recerca Biomèdica que se está
acabando de construir en la Villa
Olímpica. Empresas como
Novartis, con sede en Barcelona,
saben muy bien de este potencial
humano y científico.
Pero además, Barcelona está
inmersa en una estrategia global
de la Generalitat para
impulsar una región euromediterránea
que actúe como núcleo
sinérgico y como lobbyante
la Unión Europea. Sobre todo
en materia de innovación y desarrollo,
por lo que representa
de futuro en la sociedad del conocimiento
y porque puede asegurar
un contingente de fondos
europeos para la innovación a
partir de 2007, cuando se reduzcan
los fondos de desarrollo
y cohesión.
Estas estrategias refuerzan el
papel de Barcelona en el arco
mediterráneo. Barcelona, contando
su área metropolitana, es
la más grande de las ciudades
del sur del Mediterráneo, y la
que tiene la más intensa historia
industrial. El área de 300 kilómetros
alrededor de Barcelona
abarca a 17 millones de habitantes,
con una red de ciudades
pequeñas y medianas de alto
nivel de vida.
El modelo de crecimiento de
Barcelona se basa en la estrecha
cooperación entre el sector público
y el sector privado. La obra
pública es siempre una oportunidad
de inversión, de cooperación,
de participación en el
proyecto de la ciudad.
¿Qué más ofrece Barcelona?
Calidad de vida mediterránea.
Es una ciudad amable, viva,
cultural, cosmopolita, universitaria,
empresarial, con servicios
de calidad, creatividad y
buenos instrumentos de apoyo
por parte del ayuntamiento.
El 95% de las empresas
extranjeras radicadas en Barcelona
declaran estar satisfechas
con la elección de la sede.
Entre ellas, las empresas suizas,
porque los suizos son ya amigos
de Barcelona. ■
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crónicas helvéticas + nexos hispanosuizos / nº 8 / junio 2005