VE-10 FEBRERO 2015
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
un virus, pero no comprendía el por qué; su expresión de muñeca<br />
triste denotaba sorpresa, y también, aunque él se intentaba<br />
convencer de lo contrario, le había parecido leer la más profunda<br />
decepción en el océano metálico de sus ojos.<br />
—No…. —Susurró ella, aún a sabiendas, dentro de su preciosa<br />
cabeza de robot, que era demasiado tarde. Él ya se había deslizado<br />
por debajo de su oreja y había activado el minúsculo botón de<br />
reinicio. Ella simplemente cerró los ojos y se dejó hacer, mientras su<br />
cuerpo se desplomaba con elegancia en sus temblorosos brazos.<br />
El señor D la dejó con mucho cuidado en la enorme cama de la<br />
suite, aún sin deshacer. Se acercó al mini bar, encontró bastante<br />
whisky como para olvidarla para siempre, y bebió directamente de la<br />
botella. Al cabo de varios tragos decidió que las estrellas podían<br />
esperar. Se dejó caer en la cama y se acurrucó junto a ella,<br />
acariciando sus mejillas e impregnándose de su olor. Lloraba porque<br />
no comprendía qué le había llevado a tomar aquella decisión. Reía<br />
porque no sabía si estaba tan borracho a causa del whisky o de su<br />
perfume. ¿Y cómo demonios podía gustarle el perfume si no estaba<br />
hecha para oler ¿Cómo demonios la había llegado a querer de una<br />
forma tan demencial, más que a cualquier otro humano, más de lo<br />
que había querido a nadie en toda su vida Demasiadas cuestiones en<br />
su cabeza, demasiadas preguntas sin resolver. Demasiado miedo a<br />
admitir que, a fin de cuentas, había sido un simple cobarde.<br />
Cerró los ojos y se dejó llevar. Sólo sabía que las estrellas podían<br />
esperar toda la jodida noche si hacía falta, que por él, podían irse al<br />
traste, junto al resto del universo.<br />
Christine Carcosa (Murcia)<br />
http://christinecarcosa.wordpress.com<br />
93