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Proceso-1985

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Pese a las dudas, a Peña Nieto<br />

“le urge” cerrar el caso<br />

YETLANECI ALCARAZ<br />

BERLÍN.- El gobierno mexicano desplegó<br />

la estrategia de cerrar lo<br />

más pronto posible el caso Ayotzinapa<br />

sin una investigación profunda.<br />

Pretende así desactivar el movimiento<br />

social generado por la desaparición de<br />

los 43 normalistas. Pero ello sólo siembra<br />

más dudas entre los padres de los estudiantes<br />

y genera una reacción contraria,<br />

pues las inconsistencias de las investigaciones<br />

alientan la posibilidad de que los jóvenes<br />

sigan vivos.<br />

Tal es el análisis de Abel Barrera Hernández,<br />

fundador de Tlachinollan, Centro<br />

de los Derechos Humanos de la Montaña<br />

y parte del equipo que representa legalmente<br />

a los padres de los 43 estudiantes<br />

desaparecidos.<br />

Barrera viajó a esta ciudad invitado por<br />

la sección alemana de Amnistía Internacional<br />

(AI) con el propósito de reunirse con<br />

la sociedad civil y con representantes del<br />

Parlamento y el gobierno alemanes.<br />

En entrevista con <strong>Proceso</strong>, Barrera señala<br />

los problemas que como parte coadyuvante<br />

del caso les ha tocado enfrentar,<br />

enlista la serie de irregularidades que<br />

desde su punto de vista ha tenido la investigación<br />

y advierte sobre la intención del<br />

gobierno de aislar el caso y reducir su responsabilidad<br />

sólo a la autoridad municipal.<br />

“El hecho de ser coadyuvantes en el<br />

caso de los 43 estudiantes desaparecidos<br />

nos ha generado una fricción fuerte con las<br />

autoridades federales porque hay desconfianza<br />

hacia nuestro trabajo. Temen que al<br />

acceder a los expedientes filtremos información<br />

delicada y que no puede manejarse<br />

tan libremente fuera del espacio<br />

de investigación. Nosotros<br />

en cambio lo vemos como un<br />

pretexto para impedir que se<br />

cumpla esa garantía a la coadyuvancia<br />

a la que tienen derecho<br />

las víctimas”, dice.<br />

Luego de la conferencia<br />

de prensa donde el procurador<br />

Jesús Murillo Karam presentó<br />

los avances en las investigaciones<br />

en el caso de<br />

los 43 desaparecidos, los padres<br />

de familia, se supo, manifestaron<br />

su desacuerdo en<br />

cuanto a que la información<br />

y los videos fueran dados a<br />

conocer.<br />

Barrera –galardonado en 2011 con el<br />

Premio de Derechos Humanos de AI– explica<br />

que más allá del aspecto humano, el<br />

motivo por el cual se pidió la reserva de la<br />

información tiene que ver con la percepción<br />

y su efecto irreversible de presentar sólo<br />

una línea de investigación como una verdad<br />

absoluta.<br />

“No se puede presentar a los medios<br />

de comunicación y a la opinión pública<br />

una línea de investigación como algo resuelto,<br />

porque aunque se aclare que sólo<br />

es una línea, el efecto es otro: Es una forma<br />

simulada para decir que este caso casi<br />

está cerrado, cuando no es así.<br />

“Los padres le comentaron incluso al<br />

procurador la coincidencia de que al día siguiente<br />

de su conferencia, el presidente Peña<br />

Nieto se iba de viaje. Se trató de un claro<br />

cierre del caso con los resultado presentados<br />

para que los medios de comunicación<br />

los reprodujeran mientras el presidente volaba<br />

y poder presentarse en escenarios internacionales<br />

diciendo que se está avanzando<br />

en el caso”, señala.<br />

Según Barrera, también preocupa que la<br />

investigación se restrinja a partir de ahora a<br />

la sola declaración de los tres presuntos autores<br />

materiales, sin indagar a la autoridad.<br />

“Una fuente fundamental de información<br />

son también los policías que detuvieron<br />

a los estudiantes. Sólo se sabe que los entregaron<br />

y con ello se robustece la línea de<br />

investigación hacia el grupo criminal Guerreros<br />

Unidos, pero se deja de lado aquella<br />

que conduce a toda la red de complicidades<br />

entre las policías municipales de Iguala<br />

y Cocula y los funcionarios públicos de esos<br />

municipios.<br />

“Por otro lado también se tiene la ac-<br />

Barrera. Dudas<br />

tuación misma del Ejército, que no intervino.<br />

Iguala cuenta con un batallón y fuerzas especiales<br />

que se supone están para combatir al<br />

narcotráfico. Estamos entonces frente a un<br />

posible caso de omisión que tiene que ser investigado;<br />

cómo es posible que en un evento<br />

en el que hubo uso de armas y se perpetró un<br />

delito grave de desaparición, nadie hizo nada.<br />

Cosa aparte son las innumerables fosas<br />

clandestinas encontradas de las que ya tampoco<br />

nadie habla”, argumenta.<br />

Irregularidades<br />

Enumera al menos cuatro irregularidades<br />

dentro del proceso y que a su modo de ver<br />

le restan credibilidad a la investigación:<br />

Primero la prisa por arrojar resultados<br />

preliminares que reducen la línea de investigación<br />

a un sólo grupo armado; partir sólo de<br />

las declaraciones de tres presuntos autores<br />

materiales –cuando se ha mencionado la posible<br />

participación hasta de 15– sin corroborar<br />

sus dichos con una investigación; la falta<br />

de trabajo de inteligencia y del uso de tecnología<br />

para la búsqueda de los jóvenes; y las<br />

tácticas dilatorias para no informar a los padres,<br />

toda vez que, asegura, los expedientes<br />

de la causa fueron turnados a un juez en Matamoros,<br />

Tamaulipas.<br />

“Todo esto deja una incógnita mayor en<br />

la sociedad. No podemos negar que hay<br />

desconfianza a priori en el órgano investigador<br />

de México porque en otros casos no se<br />

ha concluido con detenciones claras contra<br />

los responsables. El mejor ejemplo de ello<br />

es el crimen de Arturo Cardona, líder de la<br />

Unidad Popular.”<br />

En tanto la encargada de México y América<br />

Latina de Amnistía Internacional Alemania,<br />

Maja Liebing, coincide con Barrera en<br />

cuanto a que la responsabilidad de los sucesos<br />

de Ayotzinapa debe ser asumida plenamente<br />

por el gobierno mexicano.<br />

En entrevista señala que en reuniones<br />

con la embajadora mexicana en Berlín,<br />

Patricia Espinosa Cantellano, el discurso<br />

se mantiene inmutable y apunta<br />

al gobierno municipal como único<br />

responsable.<br />

“Por desgracia ellos tienen otra<br />

interpretación de la situación en México.<br />

El gobierno federal no niega<br />

que hay grandes problemas e incluso<br />

reconoce la responsabilidad de<br />

la policía local, pero como gobierno<br />

central se mantiene alejado de cualquier<br />

tipo de responsabilidad. Incluso<br />

nos señalan que nuestra campaña<br />

está mal enfocada porque nos<br />

dirigimos al gobierno federal (…) Definitivamente<br />

no asumen su responsabilidad<br />

y creemos que ese debería<br />

ser el primer paso para poder cambiar<br />

algo”, enfatiza. <br />

Miguel Dimayuga<br />

18 <strong>1985</strong> / 16 DE NOVIEMBRE DE 2014

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