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Proceso-1985

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Notimex<br />

Kingery. Tráfico de armas<br />

agente, sobre la compra de siete fusiles AK-<br />

47 hecha por Kingery, quien se identificó<br />

con una licencia de manejo vencida.<br />

Con la sospecha de que esas armas habían<br />

sido compradas ilegalmente para un<br />

tercero, los agentes interrogaron a Kingery<br />

el 5 de diciembre de ese año en la casa<br />

de su madre en Arizona. Tres días después<br />

los agentes regresaron para revisar<br />

los fusiles, pero Kingery ya no estaba.<br />

Beatty averiguó que el sospechoso había<br />

cruzado varias veces a México entre<br />

enero y diciembre de 2008. Los agentes sospechaban<br />

que transportaba dispositivos<br />

para fabricar granadas, las cuales fueron<br />

luego vendidas a algún cártel, presumiblemente<br />

el de Sinaloa. Kingery era conocido<br />

como Míster Granada entre las organizaciones<br />

de narcotraficantes.<br />

Según un informante entrevistado por<br />

Beatty, Kingery asesoró a narcotraficantes<br />

sobre cómo armar fusiles tipo AK-47 y dispositivos<br />

explosivos hechizos.<br />

En octubre de 2009 Beatty recibió un reporte<br />

de otro agente de la ATF, dependencia<br />

del DOJ, en McAllen: vía internet, Kingery<br />

había pedido a un proveedor militar<br />

fusibles y 120 carcasas de granada.<br />

Agentes de la ATF interceptaron el 2 de<br />

noviembre de 2009 la entrega de los componentes<br />

y los marcaron de modo que<br />

después pudieran ser identificados. Los<br />

siguientes cuatro meses los agentes interceptaron<br />

otros dos envíos de piezas de Kingery,<br />

los marcaron para rastrearlos y los<br />

mandaron a la dirección del estadunidense.<br />

Luego los agentes intentaron vigilar al<br />

sospechoso para ver si éste trasladaba la<br />

mercancía a México. Además los funcionarios<br />

trataron de trabajar con sus pares<br />

mexicanos para seguirlo o arrestarlo, y en<br />

ambos casos fallaron.<br />

El 5 de enero de 2010 Beatty supo que<br />

Kingery había solicitado 400 carcasas, 100<br />

fusibles, 4 mil percutores y 4 mil seguros a<br />

dos armerías. La ATF interceptó ese cargamento<br />

el 26 de enero.<br />

El día 28, luego de marcarlos para su<br />

monitoreo, agentes encubiertos entregaron<br />

los dispositivos en la casa identificada como<br />

dirección de envíos de Kingery e iniciaron<br />

una vigilancia diaria. Pero el 1 de febrero<br />

la suspendieron pues no había movimiento<br />

ni reemplazos para los agentes a cargo.<br />

Oficiales de la ATF en Yuma, Arizona,<br />

averiguaron el 2 de febrero que Kingery ya<br />

había entrado y salido de México. Al reiniciar<br />

la vigilancia detectaron que el traficante<br />

enfilaba hacia la frontera. Un agente<br />

dio aviso a un colega mexicano, pero como<br />

éste no estaba cerca de la línea fronteriza<br />

no pudo aprehender al estadunidense.<br />

El 15 de junio de 2010, agentes de la estadunidense<br />

Oficina de Aduanas y Control<br />

Fronterizo (CBP) detuvieron a Kingery<br />

cuando estaba por pasar la frontera, legalmente,<br />

por Arizona. Al revisar su vehículo<br />

descubrieron una llanta de repuesto rellena<br />

con 114 carcasas de granadas, 114 fusibles<br />

y más de 2 mil municiones.<br />

Horas más tarde, agentes de CBP y del<br />

Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE)<br />

entrevistaron a Kingery y, tras de un intercambio<br />

con el fiscal asistente Emory Hurley,<br />

de la Fiscalía de Distrito de Arizona, lo<br />

liberaron con la promesa de que volvería<br />

al día siguiente.<br />

Cuando esto ocurrió, agentes de la ATF<br />

y del ICE lo interrogaron y lo dejaron nuevamente<br />

en libertad, sin presentar cargos<br />

en su contra.<br />

Según la fiscalía de Arizona, se tomó<br />

esa decisión con la idea de que Kingery se<br />

convirtiera en informante. Pero agentes involucrados<br />

en la operación dijeron a la OIG<br />

que eso nunca ocurrió y la fiscalía se negó<br />

a abrir un proceso criminal en su contra.<br />

El 22 de junio de 2010, luego de que los<br />

oficiales de la ATF perdieron contacto con<br />

el sospechoso y de que éste fuera aprehendido<br />

al tratar de reingresar a Estados Unidos,<br />

Beatty y un agente del ICE le pidieron<br />

de nuevo a la fiscalía que presentara cargos<br />

en su contra. No lo consiguieron.<br />

Las armas perdidas llegaron a su destino.<br />

Soldados mexicanos capturaron el 30<br />

de agosto de 2010 a seis individuos y recuperaron<br />

varias granadas de mano, dos de<br />

las cuales contenían marcas similares a las<br />

puestas en las carcasas y fusibles interceptados<br />

por la ATF en noviembre de 2009.<br />

El 20 de marzo de 2011 militares mexicanos<br />

se enfrascaron en una refriega con<br />

narcotraficantes y les confiscaron 15 granadas,<br />

de las cuales cuatro contenían componentes<br />

transportados por Kingery.<br />

El 31 de agosto de 2011 autoridades<br />

mexicanas, con ayuda de la ATF, detuvieron<br />

en Mazatlán a Kingery, encarcelado en<br />

México desde entonces.<br />

El 10 de octubre de 2013, integrantes<br />

del Cartel de Jalisco Nueva Generación<br />

atacaron a policías estatales en Tepatitlán,<br />

mataron a tres uniformados e hirieron<br />

a tres más. Les arrojaron al menos 10<br />

granadas, una de las cuales pertenecería<br />

a los cargamentos transportados por Kingery,<br />

según una ficha informativa del 15<br />

de octubre de ese año elaborada por Jonathan<br />

Ortiz, agente especial de la ATF en<br />

México.<br />

El mismo patrón<br />

Estados Unidos llevó a cabo al menos tres<br />

operaciones de contrabando de armas.<br />

Primero la operación Receptor Abierto, desarrollada<br />

en dos partes entre marzo de<br />

2006 y diciembre de 2007 a cargo de agentes<br />

de la ATF de Tucson, Arizona. Esa investigación<br />

se centró en varias adquisiciones<br />

de armas al menudeo, entre ellas<br />

fusiles de asalto, trasladadas ilegalmente<br />

a México.<br />

Pese a tener grabaciones telefónicas<br />

y otras evidencias, los agentes no arrestaron<br />

a ningún sospecho y decomisaron<br />

menos de la cuarta parte de las más de<br />

400 armas compradas.<br />

El caso Kingery y la operación Rápido<br />

y Furioso (FF, por sus siglas en inglés)<br />

se traslaparon, pues la segunda arrancó en<br />

noviembre de 2009 y se prolongó hasta los<br />

primeros meses de 2011.<br />

El proyecto Traficante de Armas, iniciado<br />

en 2005 bajo la presidencia de George<br />

W. Bush, sirvió de paraguas para las tres<br />

actividades.<br />

FF ha sido la más escandalosa, pues<br />

una de sus secuelas fue el asesinato el 14<br />

de diciembre de 2010 del agente del CBP<br />

Brian Terry en el desierto de Arizona con<br />

dos fusiles tipo AK-47, de las casi 2 mil armas<br />

que el gobierno de Estados Unidos<br />

dejó pasar a México y de las cuales perdió<br />

aproximadamente mil 400.<br />

En septiembre de 2012 la OIG emitió el<br />

reporte Una revisión de la operación Rápido y<br />

Furioso de ATF y asuntos relacionados. Su conclusión<br />

fue que ambas acciones fueron defectuosas,<br />

especialmente en cuanto a su falla<br />

en considerar adecuadamente el riesgo<br />

a la seguridad pública en Estados Unidos<br />

y México que provino de una estrategia de<br />

no aplicar la ley abiertamente contra individuos<br />

que compraban armas ilegalmente.<br />

El DOJ “no aprendió la lección, fue un<br />

experimento y no funcionó; aun así volvieron<br />

a hacerlo” con otras operaciones,<br />

50 <strong>1985</strong> / 16 DE NOVIEMBRE DE 2014

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