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CULTURA<br />
ta para salvaguardarla y transmitirla a los demás,<br />
el preso se vale del acervo común del<br />
lenguaje: “las palabras permanecen como el<br />
único poder del detenido, su única arma. Poder<br />
sin límites; poder irrisorio si no hay nadie<br />
para recibir el testimonio. Ellos [los detenidos]<br />
quisieron hacer accesible una experiencia cuyo<br />
objetivo era precisamente privarlos de toda<br />
comunicación”. Si bien Revueltas conoció sólo<br />
brevemente la terrible experiencia del aislamiento,<br />
en el plano intelectual sufrió la tortura<br />
infligida por el dogma, en política a causa<br />
de la mentira estalinista y, en estética, a causa<br />
del realismo socialista. Es clara su preocupación<br />
por testimoniar y denunciar tanto las<br />
mazmorras del enemigo de clase como la cárcel<br />
del dogma.<br />
Las más de las veces el poder considera a<br />
los presos políticos como irrecuperables y peligrosos,<br />
y se entiende el temor de los dirigentes<br />
frente a esos hombres inflexibles: eliminándolos<br />
físicamente se corre el riesgo de transformarlos<br />
en héroes, y dejándolos comunicar, el<br />
de verlos sublevar a las muchedumbres. Morand<br />
recuerda con razón que “la palabra más<br />
reveladora sobre las intenciones de los jueces<br />
para con los acusados políticos es ciertamente<br />
la del procurador en contra de Gramsci: ‘es<br />
preciso impedir que funcione este cerebro’”.<br />
Éste es el objetivo último del poder represivo<br />
moderno: neutralizar a sus oponentes atacando<br />
no tanto sus cuerpos, sino sus capacidades<br />
cerebrales. Es otra característica de los escritos<br />
de los presos políticos, ya que todos parecen<br />
tener esa angustia siempre presente en la<br />
mente, conscientemente o no; de ahí su “preocupación<br />
permanente por conservar intactas<br />
[sus] facultades intelectuales”.<br />
No aparece este tipo de inquietud durante<br />
las primeras dos etapas carcelarias de Revueltas;<br />
en cambio, con la edad quizá, es patente<br />
cuando está en Lecumberri, en particular<br />
cuando se entera de que ha sido condenado a<br />
16 años de prisión. Se rebela contra esta sentencia<br />
en un texto tan breve como intenso y<br />
contundente; después de desacreditar un juicio<br />
llevado a cabo por un régimen que muestra<br />
su rostro dictatorial y que será juzgado a su<br />
vez tarde o temprano, explica que, más allá de<br />
los individuos condenados, sus camaradas y él<br />
mismo, el poder no puede alcanzar su espíritu:<br />
Contra ese espíritu y ese pensamiento, usted,<br />
señor juez, no puede nada [...] ni lo podrá jamás.<br />
[...] Ustedes no pueden matar nuestro<br />
cerebro ni tampoco lo invalidan con todos los<br />
años de cárcel que nos echan encima. Desde<br />
luego que nuestro cerebro no es inmortal ni lo<br />
son tampoco las obras que de él han nacido,<br />
ni las que nacerán en los años venideros. Pero<br />
mientras viva y trabaje nuestro cerebro, nuestro<br />
pensamiento, ustedes serán impotentes<br />
para detener su acción.<br />
Siempre modesto respecto de su persona<br />
y del valor de sus propios escritos, a los que<br />
no concede la inmortalidad, Revueltas da cierta<br />
importancia, no obstante, a las reflexiones<br />
que emanan de su mente y la de sus compañeros<br />
en relación con una anhelada evolución sociopolítica<br />
satisfactoria de su país. Quiere decir<br />
que, como buen preso político, se rebela<br />
contra la idea de que puedan callarlos (a él, a<br />
ellos); no puede aceptar la idea de ver su cerebro<br />
reducido al silencio. Por lo demás, lo cree<br />
imposible porque está convencido del carácter<br />
histórico del movimiento de 1968, que algún<br />
día logrará acabar con la iniquidad, la opresión,<br />
la corrupción reinantes en el México de los<br />
años setenta. <br />
______________________________<br />
* De la nueva edición de El árbol de oro. José Revueltas<br />
y el pensamiento ardiente, que el Fondo de Cultura<br />
Económica pondrá en venta en un par de semanas.<br />
78 <strong>1985</strong> / 16 DE NOVIEMBRE DE 2014