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12. Fundación e Imperio

Fundación e Imperio es la segunda novela del Ciclo de Trántor escrita por el norteamericano Isaac Asimov en 1952. Es el segundo libro de la Trilogía original de la Fundación.

Fundación e Imperio es la segunda novela del Ciclo de Trántor escrita por el norteamericano Isaac Asimov en 1952. Es el segundo libro de la Trilogía original de la Fundación.

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-Ya les he dicho que desconozco el grado de su mutación. Tal vez aún no está dispuesto<br />

para la conquista de la <strong>Fundación</strong>, y sería una señal de gran sabiduría resistir las<br />

provocaciones hasta que lo esté. Permítanme hablar con el bufón.<br />

El capitán se enfrentó al tembloroso Magnífico, que evidentemente no se fiaba de aquel<br />

hombre gigantesco y duro.<br />

El capitán empezó con lentitud:<br />

-¿Has visto al Mulo con tus propios ojos?<br />

-Ya lo creo que sí, respetable señor. Y también he sentido el peso de su brazo en todo<br />

mi cuerpo. -No me cabe la menor duda. ¿Puedes describirle? -Me asusta recordarle,<br />

señor. Es un hombre de enormes proporciones; junto a él, incluso usted sería un enano.<br />

Sus cabellos son de un llameante carmesí, y ni siquiera con todo mi peso y fuerza podía<br />

bajarle el brazo que tenía extendido, ni tan sólo un milímetro. -La delgadez de Magnífico<br />

daba la impresión de que todo él se trataba únicamente de un montón de brazos y<br />

piernas-. A menudo, para divertir a sus generales, o a sí mismo solamente, me<br />

suspendía en el aire, a una tremenda altura, con un solo dedo, mientras yo recitaba<br />

poesías. Sólo me liberaba al vigésimo verso si eran improvisados y de ritmo perfecto; de<br />

lo contrario, me dejaba suspendido. Es un hombre de fuerza excepcional, respetable<br />

señor, y cruel en el uso de su poder... y sus ojos no los ha visto nadie.<br />

-¿Qué? ¿Qué es lo último que has dicho? -Lleva gafas, señor, de un tipo muy peculiar.<br />

Dicen que son opacas y que ve por medio de una poderosa magia que sobrepasa con<br />

mucho las facultades humanas. He oído -y su voz se hizo leve y misteriosa- que verle los<br />

ojos equivale a morir; que mata con sus ojos, respetable señor.<br />

La mirada de Magnífico se posó alternativamente en los tres rostros. Añadió, temblando<br />

-Es cierto. Tan cierto como que estoy vivo. Bayta aspiró profundamente.<br />

-Parece que tiene usted razón, capitán. ¿Qué nos aconseja que hagamos?<br />

-Bien, repasemos la situación. ¿No deben nada aquí? ¿Está libre la barrera del hangar?<br />

-Puedo despegar cuando quiera.<br />

-Entonces, váyase. Puede que el Mulo no desee antagonizar a la <strong>Fundación</strong>, pero corre<br />

un gran riesgo dejando huir a Magnífico; lo demuestra la persecución de que ha hecho<br />

objeto al pobre diablo. Es posible que haya naves esperándole arriba. Si usted se pierde<br />

en el espacio, ¿a quién acusar del crimen? -Tiene razón -asintió fríamente Toran.<br />

-Sin embargo, usted dispone de un escudo, y su nave es probablemente más veloz que<br />

las suyas, así que, en cuanto salga de esta atmósfera, describa un círculo en zona<br />

neutral hasta el otro hemisferio, y después láncese hacia fuera con el máximo de aceleración.<br />

-Sí -asintió a su vez Bayta-; y cuando estemos de nuevo en la <strong>Fundación</strong>, ¿qué pasará,<br />

capitán? -Ustedes dos son fieles ciudadanos de Kalgan, ¿no? Yo no sé de nada que lo<br />

desmienta, ¿verdad? Nadie dijo nada más. Toran se volvió hacia los controles. Hubo una<br />

imperceptible sacudida. Cuando Toran había dejado lo bastante atrás Kalgan como para<br />

intentar su primer salto interestelar, el rostro del capitán Pritcher se contrajo, ya que<br />

ninguna nave del Mulo había intentado en forma alguna detener su marcha.<br />

-Parece que permite que nos llevemos a Magnifico -dijo Toran-. Esto contradice su<br />

teoría.<br />

-A menos -corrigió el capitán- que quiera que nos lo llevemos, lo cual no es bueno para<br />

la <strong>Fundación</strong>.<br />

Después del último salto, cuando estuvieron dentro de la zona neutral de vuelo de la<br />

<strong>Fundación</strong>, las primeras noticias radiadas por ultraondas llegaron a la nave.<br />

Y hubo una en particular que fue mencionada sin ningún énfasis. Al parecer, un señor<br />

guerrero -que el aburrido locutor olvidó identificar- había comunicado a la <strong>Fundación</strong> el<br />

secuestro de un miembro de su corte. El locutor pasó en seguida a las noticias<br />

deportivas.<br />

El capitán Pritcher observó en tono glacial:<br />

-Va un paso por delante de nosotros, después de todo. -Y añadió pensativamente-: Está<br />

listo para enfrentarse a la <strong>Fundación</strong>, y utiliza esto como una excusa para dar paso a la<br />

acción. El asunto hace las cosas más difíciles para nosotros. Tendremos que actuar antes<br />

de estar verdaderamente dispuestos.<br />

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