ACTUALIDADMURCIA / SABADELLUn elenco españolVUELVE LA ÓPERAAuditorio “Víctor Villegas”. 23-IV-2005. Haendel, Giulio Cesare. F. Oliver, E. de la Merced, M. Rodríguez Cusí, L. Casariego,J. Doménech, J. A. López. Orquesta Barroca de Bratislava. Director musical: Stephen Stubbs. Director de escena: Emilio Sagi.Con la representación deesta emblemática obradel repertorio haendeliano,el Auditorio y Centrode Congresos de laRegión Murcia, no sin ciertoriesgo de asistencia depúblico, ha querido iniciarsu actividad operística, queprácticamente ha estadoausente de su programaciónen las últimas temporadas.Para tan significada ocasiónse ha elegido un elencocompletamente español enlo referente a los solistas ypuesta en escena, destacandoesta última a cargo deEmilio Sagi, que ya logróéxito y gran reconocimientopor su colorismo y eleganciacuando la estrenó hace unosaños en la temporada líricade Oviedo, contando en estecaso con la siempre eficazcolaboración del escenógrafoJesús Ruiz Moreno y elsaber luminotécnico deMURCIAEduardo Bravo, muy presenteen esta puesta en escena.El contraste de la luz conel refringente decorado sombrío,en el que resaltaba elvestuario en tonos claros delos figurantes, hizo de laescena el marco adecuadopara resaltar el contenidomelodramático de la obra,acentuado por los extensosrecitados acompañados, quesiempre permitieron el lucimientode los cantantes, alresaltar todos los matices deexpresión de los sentimientosde sus personajes, quegiran alrededor de Cornelia.En este sentido hay que reconocerla seguridad de MarinaRodríguez Cusí en dichopapel, en el que hizo gala desu sólido registro de mezzo,como quedó reflejado en elaria Deh piangete, oh mestilumi del segundo acto, dondeaparecieron sus mejoresdotes, convirtiéndose entriunfadora de la función juntoa la soprano Elena de laMerced, experimentada Cleopatra,que traía en su haberuna más que reconocidaactuación en el Liceo de Barcelonadesempeñando estemismo rol. Ésta hizo gala desus facultades vocales, entrelas que destacan su afinación,color, controlada potencia yclaridad de fraseo. El públicoaplaudió con fuerza en elpasaje Da tempeste il legnoinfranto de la última parte dela obra, refrendando la consolidaciónde su triunfo.El contratenor Flavio Oliver,protagonizando al granhéroe y estadista romano, semovía con agilidad y solturaen su característica tesiturade falsete, técnica a la quelos auditorios están menoshabituados, y hecho que hafavorecido que en nuestraépoca este papel sea destinadomayoritariamente a cantantesfemeninas, ante elmayor agrado que suponesiempre la naturalidad de lavoz de pecho. El resto deelenco mantuvo la línea marcadapor una atenta direcciónmusical que reflejó lasesencias barrocas, sacandobuen partido de un foso sóloalterado por las intervencionesde algunos vientos que,en momentos, rompieron elarmonioso clima de un italianizadotejido musical.Esta cita hace presagiarque la ópera va a estar máspresente en la programaciónde las próximas temporadasde este importante auditorio,que siempre apuesta por lacalidad, en el desafío deestar llamado a ser un referenteen la difusión de labuena música ante lademanda cada vez mayor deeste género.José Antonio CantónCiclo de Ópera en CataluñaLA PERSEVERANCIA COMO METATeatre de La Farándula. 20-IV-2005. Mozart, Le nozze di Figaro. María José Siri, María José Martos, Inés Moraleda,Paul Kong, Kyung-Jun Park. Cor Amics de l’Òpera de Sabadell. Orquestra Simfònica del Vallès. Director musical:Daniel Martínez. Director de escena: Pau Monterde. Producción de Amigos de la Ópera de Sabadell.34La Associació d’Amics del’Òpera de Sabadell hacerrado con esta óperasu temporada numeroveintitrés, y que yaalcanza la número diecisieteen el Cicle d’òpera aCatalunya, hecho que permiteque su programación sepueda ver en muchas ciudadesdel país. Este periodo hamantenido los niveles habitualesy ha tenido sumomento más álgido en lasfunciones de Tosca, dondese han conseguido unosresultados superiores a loshabituales. La representaciónde Le nozze di Figaroha contado con un repartoequilibrado. María José Siries una soprano uruguayaSABADELLque posee bella voz, unalínea cuidada y dio eleganciaal personaje de la Condesa,mientras que María JoséMartos mostró su proverbialprofesionalidad y consiguióreflejar el carácter vivaz deSusana, completando el tríofemenino Inés Moraleda,con un canto musical, quereflejó el estilo impulsivo yjuvenil de Cherubino.Kyung-Jun Park es un cantantecoreano, que va mejorandosu integración en elrepertorio, con un estilointeresante, al que le faltóquizá un poco más de picardíapara el rol de Fígaro.Paul Kong, barítono tambiéncoreano, hizo un Condecorrecto, pero algo rígido yde una cierta monotonía. Esinteresante destacar el elaboradotrabajo del resto delos personajes, en especialAnna Tobella, desarrollandocon detalle las vicisitudes deMarcellina, Jordi Casanova,que enmarcó cuidadosamentea Don Basilio y RocíoMartínez, graciosa Barbarina.La dirección musicalestuvo a cargo de DanielMartínez, que alternómomentos expresivos, conotros que requerían unamayor profundización, generandoa veces tempi excesivamentecontrastados, queproducían a veces algunosdesajustes o lentitudes queralentizaban el estilo, con laOrquestra Simfònica delVallès, que mantuvo sucohesión y sonido habituales.Muy interesante fue laprestación del coro, con unaversión matizada y compenetrada.Pau Monterde consiguió,con pocos medios, crear unespacio sugerente, de cortetradicional, recreando consutileza la escena del jardín,y consiguiendo en el resto elespacio adecuado parapoder desarrollar la accióncon claridad, a partir de unaescenografía de Elisabet Castells,con un vestuario muycuidado de Eva Selma y unailuminación contrastada acargo de Nani Valls.Albert Vilardell
ACTUALIDADSAN SEBASTIÁNTemporada de la OSEA MEDIO CAMINOKursaal. 22-IV-2005. Carlos Mena, contratenor. Orquesta Sinfónica de Euskadi. Director: Paul McCreesh.Obras de Haydn, Mozart y Schubert.El trabajo del contratenorgasteiztarra CarlosMena supuso un soplode aire fresco en un conciertodonde el maestroPaul McCreesh no suposacarle todo el partidoposible a la Sinfónica deEuskadi, a pesar delograr un ameno conciertoque quedó a medias.Las cosas comenzaron conuna mala jugada de la técnicaya que al haber iniciadolos primeros compases de laSinfonía nº 44 en mi menorde Haydn un sonido atronadorproveniente de la megafoníadel auditorio nos hizobrincar en las butacas. Alparecer, saltó un dispositivode seguridad. McCreeshparó el concierto para hacerborrón y cuenta nueva y volverda capo. La sinfoníasonó descafeinada con unainterpretación del reducidonúmero de ejecutantes muyplana. Es posible que elmencionado susto influyese,SAN SEBASTIÁNCarlos Mena y Paul McCreesh al frente de la O.S. de Euskadiaunque el excesivo gesto delmaestro, lleno de nervio yen ocasiones poco conciso,hiciera el resto, de hecho losojos a veces estuvieron tanpendientes o más del concertinoMachmar que de lapropia dirección. La Sinfoníafúnebre sonó, sin más,perdiendo el lucimiento desu delicado Adagio.Las cosas fueron cambiandocon la inclusión deMozart. Mena demostró lobien que canta, gracias auna técnica vocal rica enmatices, depurada, inteligentey, sobre todo, con esecolor especial que le lleva asonidos tan nítidos y limpios.Sus tres intervencionesestuvieron bien resueltas,desde Ombra felice… Io tilascia KV 255 hasta las dosarias de Mitridate, ré di pontodonde brilló de maneraparticular y especial en Vengapur, minacci e frema. Elresultado fue bueno, casiredondo, casi porque ladirección de McCreeshsiguió sin cuajar en las partiturasdel salzburgués. Porfortuna, las cosas cambiarona mejor llegando a alcanzaraltas cotas interpretativas enla Sinfonía nº 2 en si bemolmayor de Schubert, con unaorquesta ya ampliada y conuna dirección mucho másclara y acertada, cosa queinfluyó notablemente en laejecución de la formaciónorquestal, que sonó redondaen el largo inicial y en elPresto vivace final.Íñigo ArbizaTemporada de la Fundación KursaalTESITURAS VOCALES ESTRATOSFÉRICASSan Sebastián. Kursaal. 24-IV-2005. Wagner, Tristán e Isolda. Jon Fredric West, Jayne Casselman, Natascha Petrinsky,David Pittman-Jennings, Hans Tschammer. Coro y Orquesta Nacional de Burdeos Aquitania. Director musical y puesta enescena: Hans Graf.Las sorpresas sonoras sefueron sucediendo a lolargo de los tres largos eintensos actos de Tristanund Isolde. El resultado fueexcepcional sin condicionantes.Graf cuidó cadadetalle de la excelente partituracon una puesta en escenamarcada por la iluminaciónde la pantalla ante lacual se dispuso la orquestaen penumbra. La orquestano fue grande en número,pero sí en cuanto a intensidady expresividad sonora.El resultado final estuvomuy equilibrado respecto alos cantantes sin las consabidasdesproporciones sonorasfrecuentes en este tipode repertorio. Graf mantuvobien despierta a la Nacionalde Burdeos Aquitania, cuyoscomponentes realizaron untrabajo redondo, desde loslargos y preciosos fraseos delos chelos hasta las densaslíneas paralelas a las vocesde los solistas.La mayor sorpresa llegóa través de un elenco dondecada cual se superaba a símismo, todos, absolutamentetodos demostraron ser unosmaestros en el complicadoarte de cantar a Wagner.Hubo decenas de momentosdestacables y cada acto brillópor algún motivo diferente,pero cabe citar el inicio delprimer acto con un trabajoimpecable de la mezzosopranoaustriaca NataschaPetrinsky que bordó el rol deBrangane, cómoda en lospasajes agudos flanqueandoa la soprano Jayne Casselman,cuya Isolda estuvo másque atinada sin errar en unsolo momento, mantuvo unafirme, tenaz y constante emisiónvocal. Su dúo con Tristán,el tenor dramático JonFredric West, del segundoacto fue fabuloso, como si setratase un reto entre titanes,y su Mild und leise wie erlächelt de final como paraponer el vello de punta.West anduvo en tesiturasimposibles en el tercer y últimoacto (Bist du nun tot?Lebst du noch?) con un gradovocal fuera de lo comúny una bestial dramatizacióndel personaje. Estuvieronbien flanqueados por Pittman-Jenningsy Tschammer,que demostraron un colorvocal precioso como Kurwenaly Marke, respectivamente,mientras que el resto delelenco cumplió del mismomodo con sus breves intervenciones,al igual que elcoro masculino que hizo sutarea fuera del escenario.Íñigo Arbiza35